XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
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Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Que quede claro que los del jaleo no éramos ni Servando, ni Paco Enlace, ni yo... . Pero no veas qué alegría cuando te vimos allí delante tan bien colocado. (ventajas de la altura ). Había que colocar a Servando delante de cualquier manera, y qué majos los italianos que nos dejaron pasar, ja, ja.Orlando escribió: Al poco, siento gritos y jaleo: Marta, Trankos, Belgarion, Zuperman, Saltapraos, Servando y los dos Pacos (ventajas de la altura). Muchos saludos, abrazos y buenos deseos.
Enhorabuena campeón, hace 8 semanas no habías ni empezado a entrenar, lo tuyo si que ha tenido mérito. El día que te pongas a entrenar en serio nos quitas las pegatinas a todos, aún eres un corredor zen, sin agobios y disfrutando. Así que date un poco de caña, esas piernas están por debajo de 1.30 en media y de 3.15 en maratón. En la próxima vas a tener Señora del mazo, osease a mi dándote con la vara para que corras.
Marta- Cantidad de envíos : 937
Fecha de inscripción : 02/09/2009
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Buenas...
Ando por tierras cantabras, apenas cuatro horas despues de llegar de Barcelona tuve que arrancar hacia Santander para pasar la semana... Temas de trabajo.
Así que ando un poco ciber-desactualizado... Me ha encantado la crónica de Servando, desde el primer día que conocí a este corredor vi que es de los nuestros... solo quiere disfrutar de esto y lo hace, y esa hora y un minuto ha sido el resultado merecido a su esfuerzo y a su actitud ante este deporte.
Es el claro ejemplo del Espiritu de la Maratón. Algo más que una carrera...
Ayer de noche robe durante unas horitas el portatil a mi compañero de habitación y he escrito mi crónica.
http://zupermanxx.blogspot.com/2011/03/chuck-norris-nunca-corrio-una-maraton.html
Si todo va bien, mañana volveré a correr que ya tengo ganas... y para que mentirnos, ya estoy pensando en la proxima....
Ando por tierras cantabras, apenas cuatro horas despues de llegar de Barcelona tuve que arrancar hacia Santander para pasar la semana... Temas de trabajo.
Así que ando un poco ciber-desactualizado... Me ha encantado la crónica de Servando, desde el primer día que conocí a este corredor vi que es de los nuestros... solo quiere disfrutar de esto y lo hace, y esa hora y un minuto ha sido el resultado merecido a su esfuerzo y a su actitud ante este deporte.
Es el claro ejemplo del Espiritu de la Maratón. Algo más que una carrera...
Ayer de noche robe durante unas horitas el portatil a mi compañero de habitación y he escrito mi crónica.
http://zupermanxx.blogspot.com/2011/03/chuck-norris-nunca-corrio-una-maraton.html
Si todo va bien, mañana volveré a correr que ya tengo ganas... y para que mentirnos, ya estoy pensando en la proxima....
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Un poco tarde pero ahí va mi crónica. Todos los que fuimos creo que quedamos contentos del día felicidades especiales a los debutantes, Servando, Jose Luis, BCNnovat, y el lobo Rubén.
http://notodovaasercorrer.blogspot.com/2011/03/maraton-de-barcelona.html
http://notodovaasercorrer.blogspot.com/2011/03/maraton-de-barcelona.html
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
ah Rafa se me olvidaba, de lo que comentas de la salida separada pará élite y populares la federación pretendía que fuera mayor la diferencia de tiempo. Lei esto en el Mundo deportivo
"Llorens califica de "inviable" la exigencia de la RFEA, que pidió una separación de 20 minutos entre la salida de la elite y los populares en respuesta a la negativa de la organización a dar los datos de sus inscritos para ser utilizados en el Carné del corredor que ha instaurado la Federación. "La postura es clara –dice Llorens–, queremos entendernos con ellos, pero no vamos a darles ninguna base de datos". Los organizadores seguirán investigando por qué se negó el visado a siete atletas etíopes. "Teníamos contacto contínuo con esa embajada y cinco días antes de la carrera nos dijeron que no había problema alguno, así que todo esto es bastante extraño""
"Llorens califica de "inviable" la exigencia de la RFEA, que pidió una separación de 20 minutos entre la salida de la elite y los populares en respuesta a la negativa de la organización a dar los datos de sus inscritos para ser utilizados en el Carné del corredor que ha instaurado la Federación. "La postura es clara –dice Llorens–, queremos entendernos con ellos, pero no vamos a darles ninguna base de datos". Los organizadores seguirán investigando por qué se negó el visado a siete atletas etíopes. "Teníamos contacto contínuo con esa embajada y cinco días antes de la carrera nos dijeron que no había problema alguno, así que todo esto es bastante extraño""
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Hola amigos, no me olvidé de colgar mis impresiones sobre la que fue mi primera maratón, pero es que estos días estoy sumamente atareado, trabajo obliga.
Estaba pensando en preparar un par de buenos tochos, uno más de sensaciones y otro más técnico, por así decir.
En resumen, os puedo adelantar que fue una aventura que, tanto dentro como fuera de la carrera, me colmó de satisfacción; una experiencia inolvidable.
Nada más que pueda os voy soltando esos "ladrillos"
Un saludo a todos y gracias por vuestros ánimos antes, y vuestras felicitaciones después de la carrera.
Saltapraos (José Luis)- Cantidad de envíos : 271
Edad : 55
Localización : Posada de Llanera
Fecha de inscripción : 09/03/2010
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Nueva entrada, corrigiendo un error imperdonable, por dios no se como me ha podido pasar, I'm sorry
http://notodovaasercorrer.blogspot.com/2011/03/olvido-imperdonable.html
http://notodovaasercorrer.blogspot.com/2011/03/olvido-imperdonable.html
XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Quiero compartir con vosotros estos momentos, inolvidables momentos que siempre tendrè en mi cabeza.
https://picasaweb.google.com/116342501080783708709/MaratoBarcelona201102#
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Servando (aluminiosastur)- Cantidad de envíos : 165
Edad : 55
Localización : Aviles
Fecha de inscripción : 13/09/2010
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
bel_ga_rion (Marcos) escribió:Nueva entrada, corrigiendo un error imperdonable.....
http://notodovaasercorrer.blogspot.com/2011/03/olvido-imperdonable.html
Bueno Marcos...ya te has pasado 3 pueblos... hablaste de mi en tu crónica contando cómo me pasaste saludando y animando...qué más querías...lo otro mejor no mencionarlo...dos meses entrenando maratón para estropearlo con dos medias....todavía me doy de bofetadas, pudimos entrar juntos en Barcelona . Lo intentamos en Bilbao ???
http://www.eventosbhm.com/mayo/maratonbilbao/maraton.html
Marta- Cantidad de envíos : 937
Fecha de inscripción : 02/09/2009
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Es que si hago un repaso de los resultados y me faltas pues no esta completo, sobre todo con lo que hiciste las últimas tres semanas, cualquiera no hubiera terminado el maratón. Y no te digas que lo estropeaste, ya te digo me gustaría saber cuanta gente puede decir que haga eso, yo ya te digo que dudo que pudiera.
Bilbao no, que ahora voy a tomarmelo con un poco de calma. Aviso, a parte de lo que ya se ha dicho sobre este maratón que es cutre, que lo es porque los de BHM lo son en general. El club le debe bastante dinero a la federación, en consecuencia hasta que se pongan al día en pagos no mandan jueces a las carreras, las clasificaciones las hacen los miembros del club. Se que poco importa quien la haga, yo sólo aviso.
Bilbao no, que ahora voy a tomarmelo con un poco de calma. Aviso, a parte de lo que ya se ha dicho sobre este maratón que es cutre, que lo es porque los de BHM lo son en general. El club le debe bastante dinero a la federación, en consecuencia hasta que se pongan al día en pagos no mandan jueces a las carreras, las clasificaciones las hacen los miembros del club. Se que poco importa quien la haga, yo sólo aviso.
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Hola maratonianos!
Muchas felicidades a todos por el paseito del domingo pasado.
Yo hice la maratón acompañando a un amigo que intentaba bajar de 3h30' (su marca era de 3h44') y todo fue de maravilla hasta el km 34, donde íbamos todavía a ritmo de 3h28, pero al final tuvo que bajar el ritmo y entro en 3h31' en meta.
Ah, para los que vinieron a traer zapatillas, os pongo unos numeritos de los últimos años. Gracias por la colaboración.
2009 - 277 zapatillas y 350 camisetas
2010 - 306 zapatillas y 454 camisetas
2011 - 534 zapatillas y 761 camisetas
Y aprovecho para dejaros "algunos" enlaces de fotos que hicieron amigos y familiares de corredors.cat. Seguro que salís en más de una foto. Tenéis para todo el fin de semana sin dejar de mirar la pantalla
Un abrazo a todos.
https://picasaweb.google.com/108614873245523358924/MaratoBCN11#
KRLOS
https://picasaweb.google.com/joanegara/MaratoDeBarcelona2011?authkey=Gv1sRgCLWyzpDN4ZmOSA#
JOAN 33
https://picasaweb.google.com/cuandopuedasmeloenvias/MaratoBcn2011#
WOLVES
https://picasaweb.google.com/vicentevtr/AvituallamentCorrecatMaratoBarcelona2011?authkey=Gv1sRgCLzb78bavPOPNA#
VTORRES
https://picasaweb.google.com/CorredorAlbert67/Marato2010#
ALBERT 67
http://www.flickr.com/photos/fiber/5510081039/in/set-72157626203377920/
FIBER
http://www.elmundodeportivo.es/web/gen/20110303/noticia_54122034211.html
http://www.elmundodeportivo.es/web/gen/20110201/54109173949.html?IDMC=54124123976
INFO DE PACONIDAS
http://www.runners.es/fotos-de-meta-maraton-de-barcelona-2011
REVISTA RUNNERS INFO DE HOPE
https://picasaweb.google.com/mabel.franco.perez/MaratoDeBCN060311#
MABEL FRANCO (MEI)
https://picasaweb.google.com/104599843106227438017/MARATHON_BARCELONA_2011_2#
ATLANTA 07
https://picasaweb.google.com/perekms/MaratoBcn2011#
PEREKMS
https://picasaweb.google.com/114425227121716610845/Marato_BCN_2011?feat=directlink
NOLO58
https://picasaweb.google.com/KALIMERO1960/MARATOBARCELONA2011AVITUALLAMENTCATEDRAL2#
https://picasaweb.google.com/KALIMERO1960/MARATOBARCELONACONCENTRACIOCORRECATESCALASFONT#
https://picasaweb.google.com/KALIMERO1960/MARATOBARCELONA2011KM4PRINCESASOFIA#
SANCHO
http://picasaweb.google.es/arcadi100/maratbcn11
CRIS
https://picasaweb.google.com/lluis.quemada/MaratoBcn2011#
NYEF
https://picasaweb.google.com/109244441429498232907/MaratoBCN06032011#
PIRATA AGUS
https://picasaweb.google.com/txustxumin2/Eva#
https://picasaweb.google.com/txustxumin2/Emi#
TXUSS
http://dgllfotograf.blogspot.com/2011/03/marato-de-barcelona-11.html
BIEL
https://picasaweb.google.com/skamotsantboia/MARATHON_BARCELONA_2011#
RUNNERSANTBOI
https://picasaweb.google.com/marmiro1/MARATONBARCELONA632011#
MARTA
https://picasaweb.google.com/XaviPapell/MaratoDeBarcelona06032011#
XAVI PAPELL
https://picasaweb.google.com/avila127/MaratoBCN2011Altres#
ALICE ECOPAC
https://picasaweb.google.com/xavier.run/MaratoDeBarcelona2011#
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HYUSTE
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DONA JIM
https://picasaweb.google.com/maraton3.30/MaratoBcn2011?authkey=Gv1sRgCLm-3cX8sey2Vw#
EL ZORRO
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VLADIMIR
https://picasaweb.google.com/jomacomo/MaratoDeBarcelona2011?feat=directlink
JCOLLADO
https://picasaweb.google.com/pedro.bombin/MaratoBCN2011#
https://picasaweb.google.com/pedro.bombin/MaratoBCN2011V2#
PEDRODESANTS
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JORDI MAS
https://picasaweb.google.com/canferreir/MaratoDeBarcelona2011Kilometro9#
https://picasaweb.google.com/canferreir/MaratoDeBarcelona2011Kilometro31#
CANFERREIR
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MIGUEL SBD
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MABERGAR
Muchas felicidades a todos por el paseito del domingo pasado.
Yo hice la maratón acompañando a un amigo que intentaba bajar de 3h30' (su marca era de 3h44') y todo fue de maravilla hasta el km 34, donde íbamos todavía a ritmo de 3h28, pero al final tuvo que bajar el ritmo y entro en 3h31' en meta.
Ah, para los que vinieron a traer zapatillas, os pongo unos numeritos de los últimos años. Gracias por la colaboración.
2009 - 277 zapatillas y 350 camisetas
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MABERGAR
krlos- Cantidad de envíos : 82
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Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Ah, me olvidaba. He visto que alguno comentabais los ánimos recibidos en el avituallamiento del km38 de la maratón. Ese avituallamiento está exclusivamente formado por gente de Corredors.cat. Lo hacemos cada año porqué sabemos que en ese punto hace falta mucho y mucho esa ayudita a que la gente siga para adelante, y los correcats que hacemos la maratón, cuando pasamos por allí se nos saltan las lagrimas
krlos- Cantidad de envíos : 82
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Fecha de inscripción : 05/02/2010
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Por fin tengo preparado el relato de mi primera maratón, que me quedó tan largo que voy a hacer esta pequeña introducción a modo de resumen. Quienes tengan interés y paciencia en leer el formato entero, lo colgaré en un nuevo mensaje tras este adelanto. Como ya adelanté anteriormente, si dispongo de tiempo, trataré de elaborar un texto un poco más técnico sobre la preparación y desarrollo de la carrera.
Es el relato de una historia particular que, como sabéis, acabó de una forma muy satisfactoria para mí. No va a ser el clásico relato de una maratón donde se van a encontrar los típicos valores de honor, lucha, dureza, sacrificio, raza… Por suerte para mí, fue todo lo contrario.
Me presentaba en Barcelona con muy malos augurios, después de arrastrar durante un mes varias lesiones. Pero al final, tuve suerte en no recaer y mi físico compensó, con el descanso obligado, la falta de entrenamiento de esas últimas semanas. Otra explicación no encuentro para un resultado tan positivo
La experiencia, en cuanto a la carrera en particular y el viaje en general, fue inolvidable, especialmente por haber podido completar la maratón. Pero ya de una forma más imparcial y objetiva, tengo que recomendar esta carrera por el éxito de una organización que me pareció impecable, por una participación tan multitudinaria y porque el perfil de la carrera es muy favorable para lograr buenos registros.
Aún es demasiado prematuro para tomar la decisión de volver para el próximo año, pero no tengo ninguna duda de que volveré.
Agradecer a cuántos contribuyeron con sus ánimos y sus consejos, tanto antes como durante la carrera, a que pudiera cumplir este sueño.
Es el relato de una historia particular que, como sabéis, acabó de una forma muy satisfactoria para mí. No va a ser el clásico relato de una maratón donde se van a encontrar los típicos valores de honor, lucha, dureza, sacrificio, raza… Por suerte para mí, fue todo lo contrario.
Me presentaba en Barcelona con muy malos augurios, después de arrastrar durante un mes varias lesiones. Pero al final, tuve suerte en no recaer y mi físico compensó, con el descanso obligado, la falta de entrenamiento de esas últimas semanas. Otra explicación no encuentro para un resultado tan positivo
La experiencia, en cuanto a la carrera en particular y el viaje en general, fue inolvidable, especialmente por haber podido completar la maratón. Pero ya de una forma más imparcial y objetiva, tengo que recomendar esta carrera por el éxito de una organización que me pareció impecable, por una participación tan multitudinaria y porque el perfil de la carrera es muy favorable para lograr buenos registros.
Aún es demasiado prematuro para tomar la decisión de volver para el próximo año, pero no tengo ninguna duda de que volveré.
Agradecer a cuántos contribuyeron con sus ánimos y sus consejos, tanto antes como durante la carrera, a que pudiera cumplir este sueño.
Saltapraos (José Luis)- Cantidad de envíos : 271
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Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
A VECES LOS SUEÑOS SE CUMPLEN…
Maratón de Barcelona, 6 de marzo de 2011
De repente, mientras hacíamos tiempo mi mujer y yo en el aeropuerto de Barcelona para coger el avión de vuelta a Asturias, nos sorprendió Chus (Pulasky), que estaba acompañado por su señora e hijo, con algo así como “te voy a meter una patada en el culo que te vas a enterar, todo el día quejándote y luego haces esa carrera”. Y comprendí que tenía sus razones. Me sentí en ese momento como uno de esos odiosos estudiantes que en nuestros tiempos de juventud andaban llorando por las esquinas en vísperas de exámenes porque daban por hecho que iban a suspender y, al final, acababan sacando una nota brillante.
Estos días no escribí la crónica porque andaba muy atareado, pero es cierto que según van pasando las horas, los días y esos primeros momentos de euforia, vas analizando poco a poco cada detalle de la carrera, y os puedo asegurar que no entendí entonces y sigo sin entender ahora la bondad de mi registro. Y menos aún comprendo el asombroso estado físico con el que terminé la prueba. Tan solo hay un dato objetivo y cierto en todo esto, y éste es el resultado final: 3h 07’ 31”.
¿Que por qué le tengo que dar vueltas a algo que acabó de una forma tan positiva? Pues, por eso precisamente, porque necesito saber lo que hice bien para tratar de repetirlo. Al final, tendré que aceptar que para este examen iba mucho más preparado de lo que yo suponía, y que tuve que haber acertado en muchos de los pequeños detalles con los que fui preparando esta maratón. Debo reconocer que hice oídos sordos a todos los que me repitieron una y otra vez que, aunque en este último mes se me habían chafado mis entrenamientos, el trabajo ya lo tenía hecho. Siempre pensé que se me decía simplemente para animarme. Y, además, no lo podía creer porque las lesiones (molestias aparte) me acompañaban con la misma insistencia que mi sombra.
A medida que fueron pasando esos días de pesadilla, que hacían que en cada entrenamiento, por suave que este fuera, siempre estuviera obligado a retirarme prematuramente, me fui haciendo a la idea de que me iba a resultar imposible acabar la maratón, pero como ya lo tenía todo pagado, tomé la decisión de ir a disfrutar de cada uno de los metros que mis piernas me permitieran recorrer. Ese cambio transformó todo mi estado mental y opté casi sin querer por la visión más optimista, que era ir, como digo, a disfrutar; y también a vivir el ambiente previo, la explosión de adrenalina del comienzo de la carrera, y a aprender de las reacciones, comportamiento, toma de posiciones en carrera y demás, que tienen lugar en una salida multitudinaria como la de la Maratón de Barcelona. Fue un tremendo acierto, porque, como ya anticipé en el Foro, este cambio me había liberado de tensión y de responsabilidad, hasta el punto de que mi estado era ahora de ansiedad por poder empezar a saborear la carrera cuanto antes. Fue todo, a partir de ese momento, ilusión por vivir algo que ya aventuraba que iba a ser un acontecimiento para mí inolvidable e irrepetible por aquello de ser la primera vez. Y quién sabía si la última.
La única verdadera preocupación que tuve el domingo antes de la carrera era seguir todo el ritual que tenía previsto casi desde que Marta y Fernando me liaron (bendito día) para estrenarme en esta distancia, y conseguir llegar a la cita de las 8 de la mañana para hacer la foto en grupo. A partir de aquí, fue todo emoción y felicidad.
Retrocediendo un par de meses en el tiempo, una vez pasadas las Navidades, me puse manos a la obra con el famoso plan de Valentín de las 3h15’. Lamentablemente no pude completar ni la mitad del plan. No sé si era el plan acertado, pero Valentín, con la generosidad y ganas que sabéis que siempre hace las cosas, me lo había personalizado de una forma que me pareció equilibrada para mis necesidades. Le pedí dos cosas: un plan de 5 días semanales y tiradas largas para el sábado y el domingo, que son los días en los que puedo rodar con un mínimo de tranquilidad. Así me lo confeccionó; el resto de la semana empezaba con el lunes de descanso, martes con series cortas, miércoles de carrera continua suave, jueves con series largas y viernes de descanso.
También en enero hice una prueba de esfuerzo y el médico deportivo que me atendió me dijo que presentaba un buen estado de forma y mucho recorrido para la mejora, y daba por hecho que estaba perfectamente capacitado para participar en una maratón con los resultados que en ese momento buscaba. En realidad, trataba de conocer mis límites, los ritmos idóneos para entrenamientos y, sobre todo, los que debería llevar en la maratón. Me dio unas orientaciones sobre los ritmos de carrera, que eran más duros que los propuestos por Valentín. Al preguntarle por correo por la dureza de esos ritmos me respondió con un simple: tú “vales” más. A pesar de todo, seguí con dudas.
Le di muchas vueltas a esos ritmos que tenía que llevar en carrera, se convirtió casi en una obsesión buscar esa marca que el médico me había dicho que “valía” pero que no me especificó. En ese momento empecé a soñar, no ya con rondar esas 3h15’, si no, incluso, acabar por delante de la liebre. Soñando aún más, se me había pasado por la imaginación un fantástico 3h10’, aunque ahí ya no me veía. Había superado un par de veces los 30 km, pero esos últimos 12 km para completar una maratón los veía imposibles a un ritmo tan ambicioso. Me fijé en un detalle de los resultados de la maratón del año pasado en Barcelona, y es que el puesto 1.000 había sido para un corredor con 3h08’; pero no, ese pastel no era para mí. Además, este año había apuntados 3.000 participantes más, y, por tanto, eso ya no tenía cabida ni siquiera en mis sueños.
Con todo este dolor de cabeza que me producía el estar a todas horas dándole vueltas a los dichosos ritmos de carrera, un buen día “me tocó la lotería”. Sería unas 3 semanas antes de la carrera, creo que era un sábado. Rodando por la Morgal con la gente que allí nos juntamos habitualmente, me dio por preguntar a Paco Cincor por la marca que iba buscando; me contestó que 3h10’. Demasiado para mí. Y le volví a preguntar: Paco ¿y la media? Sobre 1h33’ o 1h34’ – me contestó. Buf…yo estaba casi decidido por 1h36’; lógicamente no me atreví a proponerle este paso tan lento. Pero en ese instante decidí que lo iba a intentar con él. Fue como un flash, entendí que para mí podía ser un ritmo un poco exigente (ya andaba metido en lesiones), pero comprendí que ir con Paco, aunque fuera a ese tiempo, me iba a liberar de mi preocupación por controlar pulsaciones, ritmos y todo tipo de parámetros cada 30 segundos, lo que siempre me provoca estrés en carrera. Imaginé ya en ese momento que iba a ser una carrera –quizás- demasiado rápida para mí, pero que podía quedar compensada por la comodidad de ir con Paco controlándolo todo. Como digo, esta decisión fue la clave de mi éxito.
El plan se me rompió por pasarme de la raya. Hubo dos semanas seguidas donde alcancé y superé los 100 km. Eso, para alguien que está habituado, no tiene por qué suponerle un problema, pero yo pasé de 3 a 5 días semanales de entrenamiento, y de unos 50 a 100 km. Y por si esto fuera poco, hubo algún día que incrementé considerablemente los ya de por sí intensos entrenamientos. La lección que recibí fue muy dura, a estos años el cuerpo no perdona, necesita una cocción más lenta y progresiva. A partir de aquí, como muchos ya sabéis, empezaron a llegar una lesión detrás de otra, todas de rodilla para abajo y todas ellas distintas (ambos sóleos y Aquiles, y talón derecho).
Y siguiendo con lo de la foto de grupo a la puerta del hotel de Marta y Javier, enfrente de la salida…
Después de la foto, nos fuimos a coger posición a una salida que ya en ese momento estaba abarrotada y, como ya sabéis, nos encontramos con varios foreros. Yo, sin despegarme de mi mejor baza: Paco Cincor. Se sumaron a nosotros el impetuoso Miguel (Trankos), tan sobrado de preparación que hay que estar enganchándolo continuamente para que no se escape, y Rafa, de quien hay que destacar la madurez que ya demuestra en carrera, a pesar de su juventud. Y nuestro Paco…algún día quisiera llegar a tener su tempo de carrera, su control, su serenidad, y el poder llevar tan bien interiorizados los ritmos en cada momento. Quiero creer que estas cualidades se adquieren con la experiencia; tengo la esperanza de que pueda llegar un día en que sepa controlar estas situaciones con su maestría.
Decía, que antes de la carrera, mi preocupación era llegar a tiempo al punto de encuentro con el resto de foreros. Ahora, en línea de salida me preocupaba que íbamos a salir sin calentar después de un montón de minutos parados. La salida en particular, y la carrera en general, me pareció la de una maratón de obstáculos. Es increíble la de gente que hay que sortear para ir buscando la posición en cada momento. En el paso del km 5 mi puesto era el 2.318, y durante la carrera adelanté a 1.322 corredores, ¿no es una barbaridad? Pero eso sí, lo que te estresa y te incomoda por un lado, se queda compensado por la satisfacción que produce el ir superando a tanta gente, por la comodidad de ver la carrera de atrás hacia adelante y porque ahorras una energía que vas a tener la posibilidad de entregar más adelante, cuando realmente lo necesites.
Después de estos primeros kilómetros tratando de encontrar una ubicación acorde a nuestros ritmos, me empecé a sentir muy cómodo por el ambiente, por las conversaciones de mis compañeros de viaje, por los avituallamientos, por esos puntos turísticos de la ciudad, por mis aperitivos, basados en geles y ligeramente regados con Powerade, que fui saboreando a muy poco a poco… Y con todo esto, se fue alejando otro de los miedos que tenía, y era que no tuviera la paciencia suficiente para estar 3 horas y pico corriendo, y acabar acelerando el ritmo para tratar de acabar cuanto antes. Sé que puede parecer una tontería, pero lo cuento como lo sentía. Se me quitó ese miedo, pero en el km 18 se me presentaron otros. Retorcijones, un amago de calambre en el isquio derecho y un dolor bastante agudo en el talón derecho me hicieron pensar que el momento de abandonar podía estar muy cerca. No me preocupé en exceso, porque el abandono era algo que tenía muy asumido. Pero los kilómetros fueron cayendo y los problemas se fueron difuminando, salvo el del talón, que de dolor pasó a molestia, y con ello se esfumaron el resto de problemas. Todo siguió siendo entretenido, entre los cruces con compañeros, el paso por monumentos, la larga subida a la Torre Agbar, cuya aglomeración de público en los últimos metros nos hizo correr casi en fila de a uno con una emoción inenarrable, oyendo a aquella gente gritando los nombres que cada uno llevaba escrito en su dorsal, la salida del sol, con los consiguientes calores, esas calles cada vez más abarrotadas de espectadores, la llegada a las playas…
La llegada a las playas… Ahí empezaron los problemas para mucha gente. En ese momento, Trankos y Rafa iban ligeramente más adelantados; Paco, y sobre todo yo, íbamos buscando la sombra. Debo reconocer que no porque me estuviera afectando especialmente el calor, más bien por tratar de preservar mi temperatura corporal, que hasta que salió el sol, creo que era la idónea. Siguieron pasando los kilómetros y vi que Paco se iba descolgando. Aquí me puse un poco nervioso, miraba una y otra vez para atrás, tratando de regular un poco para ver si se enganchaba. Lo intenté varias veces, pero hubo un momento en que Paco, cada vez más distanciado, dijo que tirara. Ya habíamos pactado que si se producía esta situación no se admitían discusiones, los caminos se dividían y a partir de ahí, cada uno debía hacer su carrera. Creo que era sobre el km 34, aproximadamente donde se suele decir que empiezan las maratones. Aproveché que un corredor que pasaba a mi lado llevaba un ritmo ligeramente superior al mío y me uní a él. A partir de ese momento me empecé a sentir bastante mejor, con un ritmo más alegre, sin ninguna fatiga y, si me quedaba alguna molestia, ya no la sentía. En un par de minutos pasé a Rafa y a Trankos, que también habían bajado un poco el ritmo y, como digo, había encontrado había encontrado una cadencia de zancada muy cómoda, que me permitió engancharme a otro corredor que venía algo más rápido que el anterior. Un poco más adelante veo a Paco Enlaze, que iba un poco clavado (hacia el km 18, en el primer cruce entre corredores, unos subiendo otros bajando, nos sacaba El Maestro unos 5 ó 6 minutos) Llegué hasta él con el único pensamiento de que se enganchara a mí y tirar para adelante juntos. No solo se negó a aceptar mi ayuda, sino que me despidió con los mismos ánimos con que lo hace siempre conmigo, ¡qué grande es Paco!
Luego llegamos a unas calles muy animadas de gente, con varias actuaciones a pie de calle. Recuerdo ahora que, a pesar de mi concentración, me dio por saludar efusivamente con el pulgar hacia arriba en señal de aprobación y agradecimiento al cantante de un grupo de rock cañero que allí estaba actuando. El tío se sorprendió y allí se quedó saludándome mientras cantaba. Yo estaba como en una nube.
Sin embargo, ese estado de euforia era muy controlada, porque a medida que pasaban esos últimos kilómetros sentía que una pesada espada de Damocles me caería más pronto que tarde encima; suponía –como no- que en cualquier momento aparecería el temido MURO.
Se me presentó una vez más la ansiedad; esta vez era por saber cómo afrontar la llegada del hombre del mazo, que creía que inevitablemente acabaría llegando. Ya venía repasado lo que me había dicho Fernando en vísperas: que caminara si hacía falta, pero que bajo ningún concepto me parara; o los consejos valiosos del Dr. Manuel Nájera (Pata Liebre) sobre cómo manejar mentalmente esta situación.
Y la ansiedad también se manifestaba por tratar de llegar lo antes posible a la estatua de Colón, para empezar a subir lo que para mí iba a ser la cuesta de Tony Torres, unos 3 kilómetros hasta la llegada. En efecto, el mismo día que decidí que iba a acompañar a Paco Cincor durante la prueba, hablé con Tony sobre la Maratón de Barcelona, que él ya había disputado el año pasado. Además de contarme las excelencias de la carrera, me advirtió de lo que podría suponer para mí llegar a ese punto con las fuerzas justas, ¡cuánta razón tenía!
Lógicamente, fueron en estos últimos kilómetros donde más corredores me encontré sufriendo, supongo que viviendo su particular muro. Sin embargo a mí me tocó hacer una subida constante de 4:22 de media, lo que me permitió adelantar a bastante gente en poco tiempo. Subía muy fácil y relajado, pero siempre con prudencia por miedo al mazazo. No eché cuentas ni en ese momento ni después de la distancia que me quedaba para meta; de la misma manera que tampoco hice uso de las frases motivadoras que tenía preparadas para los momentos de crisis. Nada de eso me hacía falta, solo quería mantener aquel ritmo cómodo.
Y en esto llegó el km 41, y un poco más allá, en la margen derecha encontré, entre el numeroso público que allí se congregaba, a mi mujer, a la que ya había saludado en el km 10. Sentí en ese instante una alegría inmensa que me llenó de júbilo. Agité los brazos con los puños cerrados, le di la mano al pasar, me daban ganas de saltar… Necesitaba que supiera que estaba allí 41 kilómetros después, que había sobrevivido, que estaba entero y dichoso, que todos sus días, semanas y meses de sacrificios que había dedicado a mis cuidados habían contribuido decisivamente a mi estado de felicidad durante aquella mañana.
Más allá de todas las inestimables ayudas recibidas por parte de tantos amigos foreros, tanto dentro como fuera de la carrera, debo reconocer que mi esposa Carmen fue, a través de su sacrificio, la verdadera artífice de mi particular éxito.
En el preciso momento en el que tuve este encuentro inesperado con mi mujer me di cuenta de que el sueño se había cumplido con creces; apenas faltaban un par de curvas para llegar y por mucho que me quisiera atrapar el Muro el registro iba a ser sensacional en cualquier caso, aunque lo tuviera que hacer a gatas.
Aún faltaba ese último kilómetro triunfal, en especial esos 200 últimos metros que hay desde la plaza. No recuerdo ninguna sensación física, ni buena ni mala, solo sentía algarabía, música, celebración, el speaker nombrándome, no sabía qué hacer en la llegada. Al final hice, sin muchos aspavientos, lo que Fernando me había dicho: “Cuando llegues a la meta levanta los brazos, has llegado”, y así lo hice, sin demasiados aspavientos, eso sí, con una sonrisa, mirando una y otra vez el tiempo, que no me acaba de creer, estaba como flotando. Superé el arco de meta unos diez metros satisfecho y tranquilo. Unos pasos más adelante, con una sonrisa de oreja a oreja observaba Servando quieto mi llegada. Le miré, me eché las manos a la cara y rompí a llorar mientras me agachaba. En esos pocos segundos, a través de esas lágrimas pude liberar la tensión que había acumulado durante todos esos días de lesiones, de dolorosos masajes, de hielo cada dos horas, de mil ungüentos,… Servando supo respetar perfectamente ese momento de intimidad y solo se acercó cuando me serené; entonces nos fundimos en un largo e intenso abrazo, que para mí será inolvidable.
Ahora ya solo faltaba esperar por nuestros compañeros de viaje. Mi “programación” aún no había concluido. Aún me quedaba el trámite de seguir trotando para bajar el lactato y así poder tener una mejor recuperación. Era el único chiflado que permanecía dando vueltas por el recinto de llegada. La gente me miraba como a un loco, pero me daba igual, era lo que tenía previsto si llegaba y me quedaban fuerzas para hacerlo; y es que me quedaban muchas. Me encontraba muy ligero, con ganas de más guerra. Y a los 3 ó 4 minutos de entrar en meta, me empezaro a entrar mensajes de Fernando de felicitación “a su manera”, con algunos improperios cariñosos que no me atrevo a reproducir. Él seguía nuestra carrera en directo.
Mientras corría fueron llegando todos. Servando y El Maestro se fundieron en un emotivo abrazo, ¡qué pareja! Luego llegaron Rafa, Trankos y Paco Cincor… En esto llegó mi mujer a una de las vallas del recinto, más felicidad. Seguí corriendo, tenía miedo al día después. No sé si las correterías, que luego continué en una calle cortada cercana, valdrían de algo, pero lo cierto es que al día siguiente salí a hacer 35 minutos para seguir soltando sin más problemas que unas ligeras agujetas en los cuádriceps. Ahora, mientras seguía en el recinto, mi única preocupación era la llegada de Marta, pero como me parecía que tardaba mucho, pregunté y alguien me dijo que ya había llegado. Al final hizo un magnífico tiempo, y más teniendo en cuenta la carga de kilómetros de competición que había acumulado en los 3 últimos domingos.
Por lo demás, poco más me queda que destacar. Solo que todos esos miedos y respeto con los que me presenté en Barcelona, me sirvieron para prepararme a conciencia y rodearme de un buen número de “detalles” que pensaba que me podrían ayudar a cumplir el sueño de acabar mi primera maratón. Es obvio que todo se habría ido al traste si cualquiera de las lesiones que me habían acompañado en el último mes se me hubieran reproducido; pero tuve suerte.
Ahora bien, tampoco voy a caer en la falsa modestia. Creo son sinceridad que, aparte de la suerte (inexplicable) de no lesionarme en la carrera, recibí el premio a tanto esfuerzo y sufrimiento.
A partir de ahora, mi objetivo será Berlín, si finalmente las circunstancias laborales y familiares me lo permiten. Lógicamente, ese objetivo será más ambicioso. Me queda por delante un periodo de preparación duro y –espero- que mejor planteado, con menos palos de ciego.
Por fin, pongo punto y final a este amplio relato de lo que pudo haber sido y fue. A partir de ya me considero todo un maratoniano.
Mi más sincero agradecimiento a todos los que no fueron nombrados en esta crónica, pero que igualmente me apoyaron y me regalaron sus mejores consejos para que pudiese cumplir este sueño.
Maratón de Barcelona, 6 de marzo de 2011
De repente, mientras hacíamos tiempo mi mujer y yo en el aeropuerto de Barcelona para coger el avión de vuelta a Asturias, nos sorprendió Chus (Pulasky), que estaba acompañado por su señora e hijo, con algo así como “te voy a meter una patada en el culo que te vas a enterar, todo el día quejándote y luego haces esa carrera”. Y comprendí que tenía sus razones. Me sentí en ese momento como uno de esos odiosos estudiantes que en nuestros tiempos de juventud andaban llorando por las esquinas en vísperas de exámenes porque daban por hecho que iban a suspender y, al final, acababan sacando una nota brillante.
Estos días no escribí la crónica porque andaba muy atareado, pero es cierto que según van pasando las horas, los días y esos primeros momentos de euforia, vas analizando poco a poco cada detalle de la carrera, y os puedo asegurar que no entendí entonces y sigo sin entender ahora la bondad de mi registro. Y menos aún comprendo el asombroso estado físico con el que terminé la prueba. Tan solo hay un dato objetivo y cierto en todo esto, y éste es el resultado final: 3h 07’ 31”.
¿Que por qué le tengo que dar vueltas a algo que acabó de una forma tan positiva? Pues, por eso precisamente, porque necesito saber lo que hice bien para tratar de repetirlo. Al final, tendré que aceptar que para este examen iba mucho más preparado de lo que yo suponía, y que tuve que haber acertado en muchos de los pequeños detalles con los que fui preparando esta maratón. Debo reconocer que hice oídos sordos a todos los que me repitieron una y otra vez que, aunque en este último mes se me habían chafado mis entrenamientos, el trabajo ya lo tenía hecho. Siempre pensé que se me decía simplemente para animarme. Y, además, no lo podía creer porque las lesiones (molestias aparte) me acompañaban con la misma insistencia que mi sombra.
A medida que fueron pasando esos días de pesadilla, que hacían que en cada entrenamiento, por suave que este fuera, siempre estuviera obligado a retirarme prematuramente, me fui haciendo a la idea de que me iba a resultar imposible acabar la maratón, pero como ya lo tenía todo pagado, tomé la decisión de ir a disfrutar de cada uno de los metros que mis piernas me permitieran recorrer. Ese cambio transformó todo mi estado mental y opté casi sin querer por la visión más optimista, que era ir, como digo, a disfrutar; y también a vivir el ambiente previo, la explosión de adrenalina del comienzo de la carrera, y a aprender de las reacciones, comportamiento, toma de posiciones en carrera y demás, que tienen lugar en una salida multitudinaria como la de la Maratón de Barcelona. Fue un tremendo acierto, porque, como ya anticipé en el Foro, este cambio me había liberado de tensión y de responsabilidad, hasta el punto de que mi estado era ahora de ansiedad por poder empezar a saborear la carrera cuanto antes. Fue todo, a partir de ese momento, ilusión por vivir algo que ya aventuraba que iba a ser un acontecimiento para mí inolvidable e irrepetible por aquello de ser la primera vez. Y quién sabía si la última.
La única verdadera preocupación que tuve el domingo antes de la carrera era seguir todo el ritual que tenía previsto casi desde que Marta y Fernando me liaron (bendito día) para estrenarme en esta distancia, y conseguir llegar a la cita de las 8 de la mañana para hacer la foto en grupo. A partir de aquí, fue todo emoción y felicidad.
Retrocediendo un par de meses en el tiempo, una vez pasadas las Navidades, me puse manos a la obra con el famoso plan de Valentín de las 3h15’. Lamentablemente no pude completar ni la mitad del plan. No sé si era el plan acertado, pero Valentín, con la generosidad y ganas que sabéis que siempre hace las cosas, me lo había personalizado de una forma que me pareció equilibrada para mis necesidades. Le pedí dos cosas: un plan de 5 días semanales y tiradas largas para el sábado y el domingo, que son los días en los que puedo rodar con un mínimo de tranquilidad. Así me lo confeccionó; el resto de la semana empezaba con el lunes de descanso, martes con series cortas, miércoles de carrera continua suave, jueves con series largas y viernes de descanso.
También en enero hice una prueba de esfuerzo y el médico deportivo que me atendió me dijo que presentaba un buen estado de forma y mucho recorrido para la mejora, y daba por hecho que estaba perfectamente capacitado para participar en una maratón con los resultados que en ese momento buscaba. En realidad, trataba de conocer mis límites, los ritmos idóneos para entrenamientos y, sobre todo, los que debería llevar en la maratón. Me dio unas orientaciones sobre los ritmos de carrera, que eran más duros que los propuestos por Valentín. Al preguntarle por correo por la dureza de esos ritmos me respondió con un simple: tú “vales” más. A pesar de todo, seguí con dudas.
Le di muchas vueltas a esos ritmos que tenía que llevar en carrera, se convirtió casi en una obsesión buscar esa marca que el médico me había dicho que “valía” pero que no me especificó. En ese momento empecé a soñar, no ya con rondar esas 3h15’, si no, incluso, acabar por delante de la liebre. Soñando aún más, se me había pasado por la imaginación un fantástico 3h10’, aunque ahí ya no me veía. Había superado un par de veces los 30 km, pero esos últimos 12 km para completar una maratón los veía imposibles a un ritmo tan ambicioso. Me fijé en un detalle de los resultados de la maratón del año pasado en Barcelona, y es que el puesto 1.000 había sido para un corredor con 3h08’; pero no, ese pastel no era para mí. Además, este año había apuntados 3.000 participantes más, y, por tanto, eso ya no tenía cabida ni siquiera en mis sueños.
Con todo este dolor de cabeza que me producía el estar a todas horas dándole vueltas a los dichosos ritmos de carrera, un buen día “me tocó la lotería”. Sería unas 3 semanas antes de la carrera, creo que era un sábado. Rodando por la Morgal con la gente que allí nos juntamos habitualmente, me dio por preguntar a Paco Cincor por la marca que iba buscando; me contestó que 3h10’. Demasiado para mí. Y le volví a preguntar: Paco ¿y la media? Sobre 1h33’ o 1h34’ – me contestó. Buf…yo estaba casi decidido por 1h36’; lógicamente no me atreví a proponerle este paso tan lento. Pero en ese instante decidí que lo iba a intentar con él. Fue como un flash, entendí que para mí podía ser un ritmo un poco exigente (ya andaba metido en lesiones), pero comprendí que ir con Paco, aunque fuera a ese tiempo, me iba a liberar de mi preocupación por controlar pulsaciones, ritmos y todo tipo de parámetros cada 30 segundos, lo que siempre me provoca estrés en carrera. Imaginé ya en ese momento que iba a ser una carrera –quizás- demasiado rápida para mí, pero que podía quedar compensada por la comodidad de ir con Paco controlándolo todo. Como digo, esta decisión fue la clave de mi éxito.
El plan se me rompió por pasarme de la raya. Hubo dos semanas seguidas donde alcancé y superé los 100 km. Eso, para alguien que está habituado, no tiene por qué suponerle un problema, pero yo pasé de 3 a 5 días semanales de entrenamiento, y de unos 50 a 100 km. Y por si esto fuera poco, hubo algún día que incrementé considerablemente los ya de por sí intensos entrenamientos. La lección que recibí fue muy dura, a estos años el cuerpo no perdona, necesita una cocción más lenta y progresiva. A partir de aquí, como muchos ya sabéis, empezaron a llegar una lesión detrás de otra, todas de rodilla para abajo y todas ellas distintas (ambos sóleos y Aquiles, y talón derecho).
Y siguiendo con lo de la foto de grupo a la puerta del hotel de Marta y Javier, enfrente de la salida…
Después de la foto, nos fuimos a coger posición a una salida que ya en ese momento estaba abarrotada y, como ya sabéis, nos encontramos con varios foreros. Yo, sin despegarme de mi mejor baza: Paco Cincor. Se sumaron a nosotros el impetuoso Miguel (Trankos), tan sobrado de preparación que hay que estar enganchándolo continuamente para que no se escape, y Rafa, de quien hay que destacar la madurez que ya demuestra en carrera, a pesar de su juventud. Y nuestro Paco…algún día quisiera llegar a tener su tempo de carrera, su control, su serenidad, y el poder llevar tan bien interiorizados los ritmos en cada momento. Quiero creer que estas cualidades se adquieren con la experiencia; tengo la esperanza de que pueda llegar un día en que sepa controlar estas situaciones con su maestría.
Decía, que antes de la carrera, mi preocupación era llegar a tiempo al punto de encuentro con el resto de foreros. Ahora, en línea de salida me preocupaba que íbamos a salir sin calentar después de un montón de minutos parados. La salida en particular, y la carrera en general, me pareció la de una maratón de obstáculos. Es increíble la de gente que hay que sortear para ir buscando la posición en cada momento. En el paso del km 5 mi puesto era el 2.318, y durante la carrera adelanté a 1.322 corredores, ¿no es una barbaridad? Pero eso sí, lo que te estresa y te incomoda por un lado, se queda compensado por la satisfacción que produce el ir superando a tanta gente, por la comodidad de ver la carrera de atrás hacia adelante y porque ahorras una energía que vas a tener la posibilidad de entregar más adelante, cuando realmente lo necesites.
Después de estos primeros kilómetros tratando de encontrar una ubicación acorde a nuestros ritmos, me empecé a sentir muy cómodo por el ambiente, por las conversaciones de mis compañeros de viaje, por los avituallamientos, por esos puntos turísticos de la ciudad, por mis aperitivos, basados en geles y ligeramente regados con Powerade, que fui saboreando a muy poco a poco… Y con todo esto, se fue alejando otro de los miedos que tenía, y era que no tuviera la paciencia suficiente para estar 3 horas y pico corriendo, y acabar acelerando el ritmo para tratar de acabar cuanto antes. Sé que puede parecer una tontería, pero lo cuento como lo sentía. Se me quitó ese miedo, pero en el km 18 se me presentaron otros. Retorcijones, un amago de calambre en el isquio derecho y un dolor bastante agudo en el talón derecho me hicieron pensar que el momento de abandonar podía estar muy cerca. No me preocupé en exceso, porque el abandono era algo que tenía muy asumido. Pero los kilómetros fueron cayendo y los problemas se fueron difuminando, salvo el del talón, que de dolor pasó a molestia, y con ello se esfumaron el resto de problemas. Todo siguió siendo entretenido, entre los cruces con compañeros, el paso por monumentos, la larga subida a la Torre Agbar, cuya aglomeración de público en los últimos metros nos hizo correr casi en fila de a uno con una emoción inenarrable, oyendo a aquella gente gritando los nombres que cada uno llevaba escrito en su dorsal, la salida del sol, con los consiguientes calores, esas calles cada vez más abarrotadas de espectadores, la llegada a las playas…
La llegada a las playas… Ahí empezaron los problemas para mucha gente. En ese momento, Trankos y Rafa iban ligeramente más adelantados; Paco, y sobre todo yo, íbamos buscando la sombra. Debo reconocer que no porque me estuviera afectando especialmente el calor, más bien por tratar de preservar mi temperatura corporal, que hasta que salió el sol, creo que era la idónea. Siguieron pasando los kilómetros y vi que Paco se iba descolgando. Aquí me puse un poco nervioso, miraba una y otra vez para atrás, tratando de regular un poco para ver si se enganchaba. Lo intenté varias veces, pero hubo un momento en que Paco, cada vez más distanciado, dijo que tirara. Ya habíamos pactado que si se producía esta situación no se admitían discusiones, los caminos se dividían y a partir de ahí, cada uno debía hacer su carrera. Creo que era sobre el km 34, aproximadamente donde se suele decir que empiezan las maratones. Aproveché que un corredor que pasaba a mi lado llevaba un ritmo ligeramente superior al mío y me uní a él. A partir de ese momento me empecé a sentir bastante mejor, con un ritmo más alegre, sin ninguna fatiga y, si me quedaba alguna molestia, ya no la sentía. En un par de minutos pasé a Rafa y a Trankos, que también habían bajado un poco el ritmo y, como digo, había encontrado había encontrado una cadencia de zancada muy cómoda, que me permitió engancharme a otro corredor que venía algo más rápido que el anterior. Un poco más adelante veo a Paco Enlaze, que iba un poco clavado (hacia el km 18, en el primer cruce entre corredores, unos subiendo otros bajando, nos sacaba El Maestro unos 5 ó 6 minutos) Llegué hasta él con el único pensamiento de que se enganchara a mí y tirar para adelante juntos. No solo se negó a aceptar mi ayuda, sino que me despidió con los mismos ánimos con que lo hace siempre conmigo, ¡qué grande es Paco!
Luego llegamos a unas calles muy animadas de gente, con varias actuaciones a pie de calle. Recuerdo ahora que, a pesar de mi concentración, me dio por saludar efusivamente con el pulgar hacia arriba en señal de aprobación y agradecimiento al cantante de un grupo de rock cañero que allí estaba actuando. El tío se sorprendió y allí se quedó saludándome mientras cantaba. Yo estaba como en una nube.
Sin embargo, ese estado de euforia era muy controlada, porque a medida que pasaban esos últimos kilómetros sentía que una pesada espada de Damocles me caería más pronto que tarde encima; suponía –como no- que en cualquier momento aparecería el temido MURO.
Se me presentó una vez más la ansiedad; esta vez era por saber cómo afrontar la llegada del hombre del mazo, que creía que inevitablemente acabaría llegando. Ya venía repasado lo que me había dicho Fernando en vísperas: que caminara si hacía falta, pero que bajo ningún concepto me parara; o los consejos valiosos del Dr. Manuel Nájera (Pata Liebre) sobre cómo manejar mentalmente esta situación.
Y la ansiedad también se manifestaba por tratar de llegar lo antes posible a la estatua de Colón, para empezar a subir lo que para mí iba a ser la cuesta de Tony Torres, unos 3 kilómetros hasta la llegada. En efecto, el mismo día que decidí que iba a acompañar a Paco Cincor durante la prueba, hablé con Tony sobre la Maratón de Barcelona, que él ya había disputado el año pasado. Además de contarme las excelencias de la carrera, me advirtió de lo que podría suponer para mí llegar a ese punto con las fuerzas justas, ¡cuánta razón tenía!
Lógicamente, fueron en estos últimos kilómetros donde más corredores me encontré sufriendo, supongo que viviendo su particular muro. Sin embargo a mí me tocó hacer una subida constante de 4:22 de media, lo que me permitió adelantar a bastante gente en poco tiempo. Subía muy fácil y relajado, pero siempre con prudencia por miedo al mazazo. No eché cuentas ni en ese momento ni después de la distancia que me quedaba para meta; de la misma manera que tampoco hice uso de las frases motivadoras que tenía preparadas para los momentos de crisis. Nada de eso me hacía falta, solo quería mantener aquel ritmo cómodo.
Y en esto llegó el km 41, y un poco más allá, en la margen derecha encontré, entre el numeroso público que allí se congregaba, a mi mujer, a la que ya había saludado en el km 10. Sentí en ese instante una alegría inmensa que me llenó de júbilo. Agité los brazos con los puños cerrados, le di la mano al pasar, me daban ganas de saltar… Necesitaba que supiera que estaba allí 41 kilómetros después, que había sobrevivido, que estaba entero y dichoso, que todos sus días, semanas y meses de sacrificios que había dedicado a mis cuidados habían contribuido decisivamente a mi estado de felicidad durante aquella mañana.
Más allá de todas las inestimables ayudas recibidas por parte de tantos amigos foreros, tanto dentro como fuera de la carrera, debo reconocer que mi esposa Carmen fue, a través de su sacrificio, la verdadera artífice de mi particular éxito.
En el preciso momento en el que tuve este encuentro inesperado con mi mujer me di cuenta de que el sueño se había cumplido con creces; apenas faltaban un par de curvas para llegar y por mucho que me quisiera atrapar el Muro el registro iba a ser sensacional en cualquier caso, aunque lo tuviera que hacer a gatas.
Aún faltaba ese último kilómetro triunfal, en especial esos 200 últimos metros que hay desde la plaza. No recuerdo ninguna sensación física, ni buena ni mala, solo sentía algarabía, música, celebración, el speaker nombrándome, no sabía qué hacer en la llegada. Al final hice, sin muchos aspavientos, lo que Fernando me había dicho: “Cuando llegues a la meta levanta los brazos, has llegado”, y así lo hice, sin demasiados aspavientos, eso sí, con una sonrisa, mirando una y otra vez el tiempo, que no me acaba de creer, estaba como flotando. Superé el arco de meta unos diez metros satisfecho y tranquilo. Unos pasos más adelante, con una sonrisa de oreja a oreja observaba Servando quieto mi llegada. Le miré, me eché las manos a la cara y rompí a llorar mientras me agachaba. En esos pocos segundos, a través de esas lágrimas pude liberar la tensión que había acumulado durante todos esos días de lesiones, de dolorosos masajes, de hielo cada dos horas, de mil ungüentos,… Servando supo respetar perfectamente ese momento de intimidad y solo se acercó cuando me serené; entonces nos fundimos en un largo e intenso abrazo, que para mí será inolvidable.
Ahora ya solo faltaba esperar por nuestros compañeros de viaje. Mi “programación” aún no había concluido. Aún me quedaba el trámite de seguir trotando para bajar el lactato y así poder tener una mejor recuperación. Era el único chiflado que permanecía dando vueltas por el recinto de llegada. La gente me miraba como a un loco, pero me daba igual, era lo que tenía previsto si llegaba y me quedaban fuerzas para hacerlo; y es que me quedaban muchas. Me encontraba muy ligero, con ganas de más guerra. Y a los 3 ó 4 minutos de entrar en meta, me empezaro a entrar mensajes de Fernando de felicitación “a su manera”, con algunos improperios cariñosos que no me atrevo a reproducir. Él seguía nuestra carrera en directo.
Mientras corría fueron llegando todos. Servando y El Maestro se fundieron en un emotivo abrazo, ¡qué pareja! Luego llegaron Rafa, Trankos y Paco Cincor… En esto llegó mi mujer a una de las vallas del recinto, más felicidad. Seguí corriendo, tenía miedo al día después. No sé si las correterías, que luego continué en una calle cortada cercana, valdrían de algo, pero lo cierto es que al día siguiente salí a hacer 35 minutos para seguir soltando sin más problemas que unas ligeras agujetas en los cuádriceps. Ahora, mientras seguía en el recinto, mi única preocupación era la llegada de Marta, pero como me parecía que tardaba mucho, pregunté y alguien me dijo que ya había llegado. Al final hizo un magnífico tiempo, y más teniendo en cuenta la carga de kilómetros de competición que había acumulado en los 3 últimos domingos.
Por lo demás, poco más me queda que destacar. Solo que todos esos miedos y respeto con los que me presenté en Barcelona, me sirvieron para prepararme a conciencia y rodearme de un buen número de “detalles” que pensaba que me podrían ayudar a cumplir el sueño de acabar mi primera maratón. Es obvio que todo se habría ido al traste si cualquiera de las lesiones que me habían acompañado en el último mes se me hubieran reproducido; pero tuve suerte.
Ahora bien, tampoco voy a caer en la falsa modestia. Creo son sinceridad que, aparte de la suerte (inexplicable) de no lesionarme en la carrera, recibí el premio a tanto esfuerzo y sufrimiento.
A partir de ahora, mi objetivo será Berlín, si finalmente las circunstancias laborales y familiares me lo permiten. Lógicamente, ese objetivo será más ambicioso. Me queda por delante un periodo de preparación duro y –espero- que mejor planteado, con menos palos de ciego.
Por fin, pongo punto y final a este amplio relato de lo que pudo haber sido y fue. A partir de ya me considero todo un maratoniano.
Mi más sincero agradecimiento a todos los que no fueron nombrados en esta crónica, pero que igualmente me apoyaron y me regalaron sus mejores consejos para que pudiese cumplir este sueño.
Saltapraos (José Luis)- Cantidad de envíos : 271
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Localización : Posada de Llanera
Fecha de inscripción : 09/03/2010
Con un par
Jose Luis sinceramente te lo mereces. Eres un gran tio. Todavía recuerdo tus saludos en "preséntate". Yo que no suelo saludar mucho -algo voy aprendiendo de Paco- me apeteció ya entonces conocerte. Te lo mereces por tu lucha, por entrenar, por superar todas las dificultades y sobretodo por saber disfrutar una carrera que es la verdadera clave del éxito. Un abrazo
PD. Hasta el km 41 pude leerte bien... luego no se qué me entró en los ojos
PD. Hasta el km 41 pude leerte bien... luego no se qué me entró en los ojos
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Chanwito escribió:Jose Luis sinceramente te lo mereces. Eres un gran tio. Todavía recuerdo tus saludos en "preséntate". Yo que no suelo saludar mucho -algo voy aprendiendo de Paco- me apeteció ya entonces conocerte. Te lo mereces por tu lucha, por entrenar, por superar todas las dificultades y sobretodo por saber disfrutar una carrera que es la verdadera clave del éxito. Un abrazo
PD. Hasta el km 41 pude leerte bien... luego no se qué me entró en los ojos
Jajaja... así que leiste hasta el 41...
Pedrín, yo sé lo que te pasó, es que la lectura de este ladrillazo de crónica es más duro que la propia maratón . Simplemente, lo que te pasó es que con 41 kms de lectura encima te echó el guante el paisano del mazu... Puedes probar a explicalo así, tranquilamente...jejeje
Muchas gracias por tus palabras, amigo mío.
Saltapraos (José Luis)- Cantidad de envíos : 271
Edad : 55
Localización : Posada de Llanera
Fecha de inscripción : 09/03/2010
YES UN GRANDE
Si señor, Jose Luis yes un crack. Vaya cronica, emocionante tío. Hiciste una grandísima carrera, con mucha cabeza y controlando. Ya me darás algún consejo para la próxima campeón. Un abrazo.
Diego E.- Cantidad de envíos : 102
Edad : 48
Localización : Gijon
Fecha de inscripción : 14/06/2010
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
José Luis, creo que te lo puse en Facebook...cuando menos esperas es posiblemente cuando mejores resultados obtengas...acerté...enhorabuena por la crónica...además de buen corredor eres un excelente narrador...un abrazo y hasta la próxima moztruo.....
Crespo- Cantidad de envíos : 110
Edad : 50
Localización : Oviedo
Fecha de inscripción : 01/01/2009
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Salta, una pasa, todo lo que nos pasa por la cabeza en una maratón no es comparable a ninguna otra carrera, ya lo he dicho muchas veces, creo que la maratón es otro deporte, no tiene nada que ver con lo que hacemos el resto de los domingos del año.
No es solo el límite de nuestro cuerpo, si no de nuestra mente, y aunque al final el grupo se rompió, hace los últimos kilómetros en solitario de la maratón tiene tambien su gracia, verse solo, por la mente te pasa muchas cosas, realmente te acuerdas de aquellos que realmente importan en tu vida, son los que aunque no estén te motivan a llegar, a cruzar la meta, a hechar el resto que nos queda en los ultimos pasos...
No hay nada igual..
Lo tuyo no es casualidad, ni suerte, ni nada, obtuviste el justo resultado de todos tus meses de esfuerzo, sacrificaste mucho por esta maratón y el gran resultado y lo vivido es tu recompensa.
Sin duda Berlín creo que es la meta de cualquier maratoniano mucho antes que NY, Londres o cualquier otra, yo tengo muchisimas ganas tambien de hacerla, este año economicamente me es muy dificil que pueda ir, pero 2012 no habrá escusas ahi estaré.
Nos vemos...
No es solo el límite de nuestro cuerpo, si no de nuestra mente, y aunque al final el grupo se rompió, hace los últimos kilómetros en solitario de la maratón tiene tambien su gracia, verse solo, por la mente te pasa muchas cosas, realmente te acuerdas de aquellos que realmente importan en tu vida, son los que aunque no estén te motivan a llegar, a cruzar la meta, a hechar el resto que nos queda en los ultimos pasos...
No hay nada igual..
Lo tuyo no es casualidad, ni suerte, ni nada, obtuviste el justo resultado de todos tus meses de esfuerzo, sacrificaste mucho por esta maratón y el gran resultado y lo vivido es tu recompensa.
Sin duda Berlín creo que es la meta de cualquier maratoniano mucho antes que NY, Londres o cualquier otra, yo tengo muchisimas ganas tambien de hacerla, este año economicamente me es muy dificil que pueda ir, pero 2012 no habrá escusas ahi estaré.
Nos vemos...
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Celebro que os haya gustado la crónica. De todos modos, el mérito es vuestro por soportar el texto de ¡6 páginas de Word!.
Hombre, Diego, no me ruborices, que yo te tenga que dar consejos...Siempre lo digo, tú, lo mismo que Crespo, jugáis en Champions.
Rafa, esas palabras, viniendo de ti, tienen mucha importancia para mí. Primero porque compartimos esta maratón, segundo porque escribes habitualmente cantidad de historias y crónicas cargadas de sentimientos profundos que a todos nos gustan, y tercero porque te quedan muchos momentos de gloria que contarnos. El otro día, cuando estabamos corriendo juntos por las calles de Barcelona, admiraba tu evolución y recordaba la primera y la segunda carrera en la que coincidimos, que fue Trubia y Llanera. Recuerdo que acostumbrabas a salir en estampida, te vaciabas y bajabas el pistón, aunque, a pesar de todo, ya conseguías unos buenos tiempos. Te fui siguiendo la pista, y recuerdo el carrerón que te marcaste en los 10 km de Ribadesella, donde con una carrera mucho más cerebral conseguiste un registro fantástico, mucho más acorde a tu verdadera capacidad. La carga de tanto trabajo acumulado te hizo, como a mí, morder el polvo, pero aprendiste bien la lección. El otro día íbamos en carrera 4 compañeros de viaje; nuestros veteranos iban continuamente hablando con la naturalidad y tranquilidad que les da la experiencia y, aunque tú y yo participábamos también de la charla, lo hacíamos casi por cortesía, porque estuvimos en todo momento concentrados, yo por miedo y creo que tú por esa madurez que con el tiempo fuiste adquiriendo. Qué suerte saber "leer" una carrera con tu juventud...
Hombre, Diego, no me ruborices, que yo te tenga que dar consejos...Siempre lo digo, tú, lo mismo que Crespo, jugáis en Champions.
Rafa, esas palabras, viniendo de ti, tienen mucha importancia para mí. Primero porque compartimos esta maratón, segundo porque escribes habitualmente cantidad de historias y crónicas cargadas de sentimientos profundos que a todos nos gustan, y tercero porque te quedan muchos momentos de gloria que contarnos. El otro día, cuando estabamos corriendo juntos por las calles de Barcelona, admiraba tu evolución y recordaba la primera y la segunda carrera en la que coincidimos, que fue Trubia y Llanera. Recuerdo que acostumbrabas a salir en estampida, te vaciabas y bajabas el pistón, aunque, a pesar de todo, ya conseguías unos buenos tiempos. Te fui siguiendo la pista, y recuerdo el carrerón que te marcaste en los 10 km de Ribadesella, donde con una carrera mucho más cerebral conseguiste un registro fantástico, mucho más acorde a tu verdadera capacidad. La carga de tanto trabajo acumulado te hizo, como a mí, morder el polvo, pero aprendiste bien la lección. El otro día íbamos en carrera 4 compañeros de viaje; nuestros veteranos iban continuamente hablando con la naturalidad y tranquilidad que les da la experiencia y, aunque tú y yo participábamos también de la charla, lo hacíamos casi por cortesía, porque estuvimos en todo momento concentrados, yo por miedo y creo que tú por esa madurez que con el tiempo fuiste adquiriendo. Qué suerte saber "leer" una carrera con tu juventud...
Saltapraos (José Luis)- Cantidad de envíos : 271
Edad : 55
Localización : Posada de Llanera
Fecha de inscripción : 09/03/2010
Berlin Marathon
Veo que algunos estáis planteando dar el salto a una de las "majors".
Os felicito por la elección. Fue mi segunda maratón y ahora que llevo 7 y una IM, os aseguro que difícilmente encontrareis mejor público que este. Si recordáis la zona del 41 a meta del maratón de BCN...toda la maratón de Berlin es así. Los 42km son una alfombra continua de apoyo, música, ánimos. En parte se podría decir que es lógico puesto que hay el triple de corredores (por tanto 3 veces más acompañantes), pero es que la ciudad se vuelca por su maratón.
La recta de meta final de más de un km con Brandenburgo al fondo (yo me hube de parar aquí a estirar con calambres en un isquio) es inolvidable, pero es que recuerdo ya en el paso por la media maratón, pasando por un pequeño túnel, donde había una batucada/tamborrada en su interior, que estuve a punto de llorar de lo feliz que estaba de vivir aquello. Ah, y si la maratón de BCN tiene un recorrido turístico, el de Berlin es ya impresionante
Si alguien quiere ver fotos (fue el año del récord del mundo) https://picasaweb.google.com/KrlosAra/MARATODEBERLIN#
Os felicito por la elección. Fue mi segunda maratón y ahora que llevo 7 y una IM, os aseguro que difícilmente encontrareis mejor público que este. Si recordáis la zona del 41 a meta del maratón de BCN...toda la maratón de Berlin es así. Los 42km son una alfombra continua de apoyo, música, ánimos. En parte se podría decir que es lógico puesto que hay el triple de corredores (por tanto 3 veces más acompañantes), pero es que la ciudad se vuelca por su maratón.
La recta de meta final de más de un km con Brandenburgo al fondo (yo me hube de parar aquí a estirar con calambres en un isquio) es inolvidable, pero es que recuerdo ya en el paso por la media maratón, pasando por un pequeño túnel, donde había una batucada/tamborrada en su interior, que estuve a punto de llorar de lo feliz que estaba de vivir aquello. Ah, y si la maratón de BCN tiene un recorrido turístico, el de Berlin es ya impresionante
Si alguien quiere ver fotos (fue el año del récord del mundo) https://picasaweb.google.com/KrlosAra/MARATODEBERLIN#
krlos- Cantidad de envíos : 82
Edad : 54
Localización : Vilomara's Bridge
Fecha de inscripción : 05/02/2010
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Enhorabuena SAltapraos... como bien dices ya eres un maratoniano....y a partir de aqui, a ponerse mas retos y nuevas ciudades.
El relato es una pasada, escrito con mucho sentimiento y con mucho tacto. Yo tambien fui uno de los que te dijo que ibas sobradisimo de km, recuerda aquel dia en la Morgal, y no era por cumplir sino por realidad. Si es verdad que aunque hallas realizado el entreno perfecto y lo cuides hasta el ultimo detalle, 42km dan para mucho, pero creo que a ti no te toco la loteria como dices, sino que simplemente estabas muy bien preparado y la carrera te puso en tu sitio.
Que razon tienes, en respecto a Paco-Cincor, en este tipo de carreras se sabe administrar muy bien y te puede llevar a un ritmo muy homogeneo, es una pasada y tu apuesta en ese sentido fue muy acertada.
Enfin, ya te la di en persona, pero te la vuelvo a dar....ENHORABUENA.
Saludos
El relato es una pasada, escrito con mucho sentimiento y con mucho tacto. Yo tambien fui uno de los que te dijo que ibas sobradisimo de km, recuerda aquel dia en la Morgal, y no era por cumplir sino por realidad. Si es verdad que aunque hallas realizado el entreno perfecto y lo cuides hasta el ultimo detalle, 42km dan para mucho, pero creo que a ti no te toco la loteria como dices, sino que simplemente estabas muy bien preparado y la carrera te puso en tu sitio.
Que razon tienes, en respecto a Paco-Cincor, en este tipo de carreras se sabe administrar muy bien y te puede llevar a un ritmo muy homogeneo, es una pasada y tu apuesta en ese sentido fue muy acertada.
Enfin, ya te la di en persona, pero te la vuelvo a dar....ENHORABUENA.
Saludos
Miguel-Trankos- Cantidad de envíos : 2156
Edad : 50
Localización : Gijon
Fecha de inscripción : 23/05/2008
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Luis, campeon en la carrera y campeon escribiendo. Buen relato y aunque un poco largo,lo lei entero.
Solo un reproche, esos kilometros de mas que le añadiste al plan son los que probablemente te lesionaron y si lo llego a saber te echo una bronca del copon. ¿No ves que me destrozas el prestigio? JE,JE.
El maraton lo corriste tu y tus piernas te llevaron a donde tenian que ir. Tus condiciones geneticas son impresionantes y con un superclase como tu cualquier plan hubiera echo efecto.
Tienes un merito increible, pues para el que no lo sepa, salir a correr los km que te habia preparado a las horas que ibas tu, despues de trabajar, entre las 8 y las 9 de la tarde,despues de un dia dura de trabajo, demuestra las ganas que tenias de hacer este maraton. Lastima de lesiones,que si no, ¿hasta donde habrias llegado?.
Me quito el sombrero ante ti y te deseo todo lo mejor para el siguiente objetivo. Animo y a recuperarse.
Solo un reproche, esos kilometros de mas que le añadiste al plan son los que probablemente te lesionaron y si lo llego a saber te echo una bronca del copon. ¿No ves que me destrozas el prestigio? JE,JE.
El maraton lo corriste tu y tus piernas te llevaron a donde tenian que ir. Tus condiciones geneticas son impresionantes y con un superclase como tu cualquier plan hubiera echo efecto.
Tienes un merito increible, pues para el que no lo sepa, salir a correr los km que te habia preparado a las horas que ibas tu, despues de trabajar, entre las 8 y las 9 de la tarde,despues de un dia dura de trabajo, demuestra las ganas que tenias de hacer este maraton. Lastima de lesiones,que si no, ¿hasta donde habrias llegado?.
Me quito el sombrero ante ti y te deseo todo lo mejor para el siguiente objetivo. Animo y a recuperarse.
valentin- Cantidad de envíos : 1528
Edad : 54
Localización : lugones
Fecha de inscripción : 13/11/2009
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Felicidades de nuevo Jose Luis, pedazo de carrerón. Y buenísima crónica, de poner los pelos de punta, los sentimientos del 41 son .. no se puede explicar hay que vivirlo.
Re: XXXIII Marató de Barcelona (06/03/11)
Jose Luis, después de leer tu crónica te perdono la patada en el culo, se la merecía el Jose Luis pre-maraton por sus dudas y solo como una manera de motivarte y decirte que tus dudas eran tonterías, hubiese querido explicarte de otra manera lo que ahora ya sabes. Pocas cosas físicas (lesiones con mayúsculas) podrían haberte sacado del maratón una vez empezado a correrlo y menos en tu caso que llegabas mas que preparado aunque no lo creyeses, solo tu cabeza podía echarte a un lado, igual que puede llevarte a la meta por muy mal que lo estés pasando físicamente. Me alegro que encontrases compañía por no decir amigos con los que compartir "viaje" y disipar dudas. Es un lujo que se agradece viajar tan lejos y correr con casi tanta compañía y ánimos como en casa. Por no decir la que viene directamente de tu propia casa.
Solo me queda desearte suerte para Berlin y espero que lo disfrutes, pero como empieces con dudas sobre la marca que puedes hacer volveré con la patada adeudada, que ahora ya te conoces en la distancia. Eso si prepararte es una cosa, obsesionarte y pasarse otra. y me callo que a veces hablo demasiado.
Solo me queda desearte suerte para Berlin y espero que lo disfrutes, pero como empieces con dudas sobre la marca que puedes hacer volveré con la patada adeudada, que ahora ya te conoces en la distancia. Eso si prepararte es una cosa, obsesionarte y pasarse otra. y me callo que a veces hablo demasiado.
Pulasky21 (Chus)- Cantidad de envíos : 966
Edad : 48
Localización : Avilés
Fecha de inscripción : 08/11/2009
Mi humilde aportación...
MI PRIMERA MARATÓN.
DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011.
BARCELONA.
6:30 h .Acabo de llegar al desayuno buffet preparado expresamente por el hotel para los corredores. Tengo la sensación de que la carrera ya ha comenzado. Una treintena de individuos hacen cola para servirse café, zumos, pan, mermelada. La indumentaria es variada lo cual no me permite saber si la ropa que he decidido vestir es la correcta o no. Tras un desayuno a base de café con leche, pan con aceite y mermelada, mucho agua , zumos y fruta subo a la habitación. Sobre la mesa descansa la camiseta que he comprado expresamente para mi primera maratón, está ahí desde el viernes cuando tras recoger el dorsal lo fijé con los imperdibles. El pantalón y las zapatillas con el chip y el sensor de velocidad que me ha acompañado el último año de entrenamiento parecen estar bien. Al final me he puesto la ropa de correr y aprovecharé el trayecto del hotel a la Fira para calentar un poco las piernas. Para no enfriarme decido ponerme mi paravientos y llevaré un jersey para el calentamiento previo. Lo he escogido expresamente para este día. No se trata de un jersey viejo, todo lo contrario. Fue un regalo y es hoy un recuerdo del pasado. Hoy es un día de cambios , un día que culmina un largo proceso de entrenamiento y de planificación. Hoy probablemente me demuestre que soy capaz de hacer algo nuevo, que no está al alcance de todo el mundo. Hoy es un buen día para deshacerme de él.
Durante el trayecto desde el hotel el número de personas alrededor aumenta progresivamente. Cruces de miradas, sonrisas de complicidad, gestos de nerviosismo. Mentalmente intento adivinar qué han hecho los demás que a mí se me ha olvidado. Qué tipo de ropa, de calzado, la mochila, geles, agua...
Una hora antes del comienzo de la carrera el ambiente es impresionante en la zona de salida. Hay tiempo para interrumpir los estiramientos de un corredor que amablemente accede a hacerme una fotografía. Posteriormente comprobaré que mi rostro refleja sueño y nervios tras una tensa sonrisa.
El guardarropa, como toda la organización, funciona rápido y sin problemas. Vigésimo repaso mental a las actividades estudiadas los meses anteriores como verdaderos mandamientos: no te enfríes, estira, trota, evacua líquidos, estira, trota, bebe…
A pesar de llegar con 15 minutos de antelación a la zona de corrales me resulta imposible acceder a la zona prevista . Aunque unos grandes globos verdes me indican que estoy en la zona de 3:30 varios metros delante de mí están las liebres de 4:00h . No puedo avanzar pero alrededor los corredores están tranquilos, botando, sonriendo, charlando. Se escuchan todo tipo de idiomas. Español, catalán, italiano, inglés, francés, sonidos del norte de Europa, alemán. Los colores y mensajes de las camisetas son igualmente infinitos, banderas británicas, danesas, americanas, senyeras, andaluzas…
El murmullo de alrededor se convierte en algarabía, avanzamos juntos hacia la avenida María Cristina tras haberse abierto las vallas que impedían el acceso. Allí se ha quedado el jersey, sobre un montón de prendas abandonadas junto a una farola por otros atletas.
Nos movemos. Lentamente, trote después. Los globos de 4:00h ya han pasado por la salida delante de mí y unos segundos después ya he pisado la alfombra que marca el inicio de mi primera maratón.
El día es espléndido, sol con una ligera brisa fresca. Los primeros kilómetros transcurren en silencio y bajo la sombra de los edificios corremos camino de la Diagonal. Mi primera referencia mental es el Nou Camp. Me concedo estos primeros kilómetros de calentamiento. El volumen de gente tampoco me permite ir demasiado rápido. La incertidumbre de lo que viene guía mi estrategia conservadora y aún así al llegar al estadio he conseguido alcanzar a las liebres de 4:00h. Tras pensármelo mucho decido adelantarlas y continuar controlando ritmo, pulsaciones y sensaciones al respirar. Creo que la sensación de ansiedad que tenía en mi pecho se ha desvanecido ya y realizo mi primer avituallamiento en la Diagonal. Compruebo que son largos, con muchos voluntarios y que el resto de corredores no dificultan las maniobras demasiado.
Al encarar Travessera de las Corts aparece la primera sensación de apoyo de los espectadores. El volumen de gente se hace más intenso en la avenida de Tarragona donde la visión de las torres venecianas y el Palau nacional de Montjuic me aportan un extra de ánimo. Durante mi período en Barcelona era este el recorrido que hacía cuando salía a correr por las mañanas. Estar aquí hoy me parece increíble. Los recuerdos me inundan la mente.
El giro de acceso a la Gran Vía desde Rocafort es impresionante. Esta primera esquina con tanta gente y con el primer punto de animación musical me produce un sentimiento de euforia que va en aumento según me aproximo al Paseo de Gracia. El sonido monótono y rítmico de los cientos de zapatillas chocando contra el asfalto desaparece bajo los gritos de ánimo del público situado al lado de la carretera y me acompaña hasta que entramos de nuevo tres o cuatro kilómetros después en las calles del Eixample.
Este tramo es agradable, las rectas calles están cobijadas por la sombra de los plataneros a ambos lados solo rota por la luminosidad de las confluencias de los chaflanes que se van sucediendo de manera regular. El siguiente punto de referencia es la Sagrada Familia . Esta aparece repentinamente tras girar hacia la calle Marina. Algunos corredores sacan sus cámaras de fotos, otros sonríen y se saludan . De nuevo una multitud acompaña con sus gritos este momento tan especial.
La rutinaria marcha silenciosa y el traqueteo de zapatillas se recupera camino de la Meridiana. Se produce el primer cruce con los corredores que marchan en situación más adelantada en sentido contrario . Veo el arco de la media maratón. Las liebres de 3:45 están a la vista, no muy lejos. Quienes me preceden y se cruzan no van a un ritmo más rápido que yo, si me hubiese situado mejor en la salida…
Meridiana sube poco a poco, de manera imperceptible y el giro para bajarla no llega. Mi carrera empieza a partir del kilómetro 21. Mis dos previas medias maratones son la distancia más larga que he corrido hasta el momento a ritmo de carrera. Llegar a la media maratón y aprovechar el perfil descendente hasta el puente de Calatrava para enfilar la segunda mitad de la maratón es mi objetivo ahora. Es el momento de tomar mi primera gominola de fruta azucarada que se pega a mis dientes haciéndome mover la boca como un camello. Ahora empieza mi carrera de verdad. 21 kilómetros más, un tramo desconocido.
Ya he pasado el repecho del puente de Calatrava sobre la Gran Vía y en el lateral de ésta el silencio es abrumador, no hay público, no hay animación.
El bulevar de Rambla Prim ligeramente en bajada y con sombra permite refrescar un poco la mente. Acabo de ver a un corredor siendo atendido por los servicios médicos, tiene una herida en el pómulo y otra en la frente y está sangrando. Me resulta extraño pensar que puede haberle sucedido.
Enfilo Diagonal Mar hacia Glóries. Duro, es una amplia avenida y la mezcla de sonidos es confusa. Nuevo cruce con quienes me preceden con el Bulevar de Diagonal entre nosotros. Pasa el tranvía, un grupo de animación está haciendo spinning. Se ven ya rostros de sufrimiento más definidos, corredores parados estirando en las aceras, algún grito de ánimo entre corredores de ambos lados. Este tramo se me está haciendo difícil. No tengo sed, no tengo hambre, respiro rítmicamente y sin sensación de ahogo, mis pulsaciones no están muy altas pero no puedo dejar de sentir una extraña sensación en mi estómago. No es especialmente desagradable pero está ahí. Intento seguir el ritmo de alguien a mi alrededor que se asemeje al mío, pero por alguna extraña razón parece que cada uno lleva el suyo propio y ninguno me parece cómodo para mí. En el giro para retomar el camino hacia Diagonal Mar la gente a ambos lados estrecha el paso. Por primera vez oigo gritar mi nombre y parece que me resulta menos difícil. Sonrío al aire tras oír de nuevo a alguien nombrarme.
El cartel amarillo del kilómetro 30 ya está a la vista. “ solo 10 más, solo 10 más venga que ya ha pasado lo peor…ahora ya está…” Alguna persona está siendo atendida en el puesto de asistencia médica.
¿Es esto una broma? “ Carros de Fuego “ sonando a través de los altavoces en la calle que me lleva al que será el tramo más duro de la carrera.
3:30 es ya un tiempo imposible , 3:45 quizás sea demasiado arriesgado intentarlo. Me acuerdo de las semanas parado por mis dolores del sóleo. No es imposible acabar.
En ronda Litoral siento que corro descalzo. Miro en un par de ocasiones mis pies para comprobar que aún llevo las zapatillas puestas. Cada paso sobre el asfalto quema la planta de mi pies. Aún así tengo la sensación de que mi ritmo es bueno, nadie me adelanta y percibo tras de mí a un corredor que sigue mi paso. Me animo a no dejar esa cadencia que nos lleva a ascender a buen ritmo por la calle Marina.
Rodeando el parque de la Ciudadella el número de corredores que camina, que se para, va en aumento. Yo quiero seguir corriendo , me siento con fuerzas aunque las piernas me empiezan a doler y las siento duras como piedras. Tengo la sensación de atravesar una especie de campo de batalla. El ascenso al Arco del Triunfo es ligero, tengo la sensación de ir rápido. He ido aprovechando cada avituallamiento para beber durante los dos kilómetros que le siguen en pequeños sorbos. En el kilómetro anterior a cada uno de ellos comienzo a comer uno de mis dulces suplementos de fruta. Mi respiración es rítmica, no tengo sensación de ahogo y mis pulsaciones siguen en su sitio. Como ha sucedido en las últimas semanas de entrenamiento mi sensor de velocidad y ritmo ha decidido dejar de funcionar. Bien, lo entiendo, a mi también me gustaría parar de funcionar chico¡¡¡
A mis lados el camino se estrecha por el público que grita. Esta siendo el momento más confuso. Muchos corredores caminan, otros se sientan a los lados . Por un momento quiero parar, pensar y luego ya veré. Tengo ganas de llegar a plaza Cataluña y bajar por el Portal del Ángel, estoy seguro que al pasar ante la Catedral tendré un extra de ánimos. Los voluntarios en este punto se desviven por animar, repiten mi nombre varias veces, siento alguna palmada en la espalda la bajada desde Ronda San Pere hasta este punto ha sido como un suspiro.
Vía Laietana me empuja hacia la Plaza de Sant Jaume. Qué bonito. En este momento vuelvo a sentirme fuerte y me veo sonriendo a la gente , el pavimento de piedra parece que me alivia los pasos . Sigo bebiendo. Otra gominola. En las Ramblas y Colón el cuerpo me vuelve a pesar y el ascenso por Paralelo se me hace interminable. Casi no hay gente y el tráfico de coches a la izquierda de la calzada no acompaña al esfuerzo. No conseguiré deshacerme de esa sensación de lentitud hasta la calle Sepúlveda. Antes de ver al final los edificios de la Fira el ascenso por la ronda de Sant Pau se convierte de nuevo en una mezcla de sensaciones contradictorias. La falacia de pensar que tras el 30 solo quedan 10 se hace verdad aquí. En realidad quedan dos más, y casi doscientos metros de regalo. La piernas piden explicaciones. Pero ahora ya está, plantéatelo como un enfriamiento si el cuerpo no tira.
Vuelvo a estar rodeado de un montón de corredores. Sigo adelantando a muchos de ellos pero me da la sensación de que no avanzo. En el último avituallamiento creo que he bebido demasiado porque el estómago está revuelto. El griterío vuelve a hacerse intenso al girar hacia la Fira, los niños ofrecen sus manos para chocar las de los corredores.
Debe de quedar menos de un kilómetro. Un giro a la derecha y plaza de España. Un giro a la izquierda y los arcos de meta. No estoy seguro de querer acabar. Extiendo mis brazos unos metros antes de la línea final y al atravesarla vuelvo a hacerlo. Creo que estoy sonriendo.
DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011.
BARCELONA.
6:30 h .Acabo de llegar al desayuno buffet preparado expresamente por el hotel para los corredores. Tengo la sensación de que la carrera ya ha comenzado. Una treintena de individuos hacen cola para servirse café, zumos, pan, mermelada. La indumentaria es variada lo cual no me permite saber si la ropa que he decidido vestir es la correcta o no. Tras un desayuno a base de café con leche, pan con aceite y mermelada, mucho agua , zumos y fruta subo a la habitación. Sobre la mesa descansa la camiseta que he comprado expresamente para mi primera maratón, está ahí desde el viernes cuando tras recoger el dorsal lo fijé con los imperdibles. El pantalón y las zapatillas con el chip y el sensor de velocidad que me ha acompañado el último año de entrenamiento parecen estar bien. Al final me he puesto la ropa de correr y aprovecharé el trayecto del hotel a la Fira para calentar un poco las piernas. Para no enfriarme decido ponerme mi paravientos y llevaré un jersey para el calentamiento previo. Lo he escogido expresamente para este día. No se trata de un jersey viejo, todo lo contrario. Fue un regalo y es hoy un recuerdo del pasado. Hoy es un día de cambios , un día que culmina un largo proceso de entrenamiento y de planificación. Hoy probablemente me demuestre que soy capaz de hacer algo nuevo, que no está al alcance de todo el mundo. Hoy es un buen día para deshacerme de él.
Durante el trayecto desde el hotel el número de personas alrededor aumenta progresivamente. Cruces de miradas, sonrisas de complicidad, gestos de nerviosismo. Mentalmente intento adivinar qué han hecho los demás que a mí se me ha olvidado. Qué tipo de ropa, de calzado, la mochila, geles, agua...
Una hora antes del comienzo de la carrera el ambiente es impresionante en la zona de salida. Hay tiempo para interrumpir los estiramientos de un corredor que amablemente accede a hacerme una fotografía. Posteriormente comprobaré que mi rostro refleja sueño y nervios tras una tensa sonrisa.
El guardarropa, como toda la organización, funciona rápido y sin problemas. Vigésimo repaso mental a las actividades estudiadas los meses anteriores como verdaderos mandamientos: no te enfríes, estira, trota, evacua líquidos, estira, trota, bebe…
A pesar de llegar con 15 minutos de antelación a la zona de corrales me resulta imposible acceder a la zona prevista . Aunque unos grandes globos verdes me indican que estoy en la zona de 3:30 varios metros delante de mí están las liebres de 4:00h . No puedo avanzar pero alrededor los corredores están tranquilos, botando, sonriendo, charlando. Se escuchan todo tipo de idiomas. Español, catalán, italiano, inglés, francés, sonidos del norte de Europa, alemán. Los colores y mensajes de las camisetas son igualmente infinitos, banderas británicas, danesas, americanas, senyeras, andaluzas…
El murmullo de alrededor se convierte en algarabía, avanzamos juntos hacia la avenida María Cristina tras haberse abierto las vallas que impedían el acceso. Allí se ha quedado el jersey, sobre un montón de prendas abandonadas junto a una farola por otros atletas.
Nos movemos. Lentamente, trote después. Los globos de 4:00h ya han pasado por la salida delante de mí y unos segundos después ya he pisado la alfombra que marca el inicio de mi primera maratón.
El día es espléndido, sol con una ligera brisa fresca. Los primeros kilómetros transcurren en silencio y bajo la sombra de los edificios corremos camino de la Diagonal. Mi primera referencia mental es el Nou Camp. Me concedo estos primeros kilómetros de calentamiento. El volumen de gente tampoco me permite ir demasiado rápido. La incertidumbre de lo que viene guía mi estrategia conservadora y aún así al llegar al estadio he conseguido alcanzar a las liebres de 4:00h. Tras pensármelo mucho decido adelantarlas y continuar controlando ritmo, pulsaciones y sensaciones al respirar. Creo que la sensación de ansiedad que tenía en mi pecho se ha desvanecido ya y realizo mi primer avituallamiento en la Diagonal. Compruebo que son largos, con muchos voluntarios y que el resto de corredores no dificultan las maniobras demasiado.
Al encarar Travessera de las Corts aparece la primera sensación de apoyo de los espectadores. El volumen de gente se hace más intenso en la avenida de Tarragona donde la visión de las torres venecianas y el Palau nacional de Montjuic me aportan un extra de ánimo. Durante mi período en Barcelona era este el recorrido que hacía cuando salía a correr por las mañanas. Estar aquí hoy me parece increíble. Los recuerdos me inundan la mente.
El giro de acceso a la Gran Vía desde Rocafort es impresionante. Esta primera esquina con tanta gente y con el primer punto de animación musical me produce un sentimiento de euforia que va en aumento según me aproximo al Paseo de Gracia. El sonido monótono y rítmico de los cientos de zapatillas chocando contra el asfalto desaparece bajo los gritos de ánimo del público situado al lado de la carretera y me acompaña hasta que entramos de nuevo tres o cuatro kilómetros después en las calles del Eixample.
Este tramo es agradable, las rectas calles están cobijadas por la sombra de los plataneros a ambos lados solo rota por la luminosidad de las confluencias de los chaflanes que se van sucediendo de manera regular. El siguiente punto de referencia es la Sagrada Familia . Esta aparece repentinamente tras girar hacia la calle Marina. Algunos corredores sacan sus cámaras de fotos, otros sonríen y se saludan . De nuevo una multitud acompaña con sus gritos este momento tan especial.
La rutinaria marcha silenciosa y el traqueteo de zapatillas se recupera camino de la Meridiana. Se produce el primer cruce con los corredores que marchan en situación más adelantada en sentido contrario . Veo el arco de la media maratón. Las liebres de 3:45 están a la vista, no muy lejos. Quienes me preceden y se cruzan no van a un ritmo más rápido que yo, si me hubiese situado mejor en la salida…
Meridiana sube poco a poco, de manera imperceptible y el giro para bajarla no llega. Mi carrera empieza a partir del kilómetro 21. Mis dos previas medias maratones son la distancia más larga que he corrido hasta el momento a ritmo de carrera. Llegar a la media maratón y aprovechar el perfil descendente hasta el puente de Calatrava para enfilar la segunda mitad de la maratón es mi objetivo ahora. Es el momento de tomar mi primera gominola de fruta azucarada que se pega a mis dientes haciéndome mover la boca como un camello. Ahora empieza mi carrera de verdad. 21 kilómetros más, un tramo desconocido.
Ya he pasado el repecho del puente de Calatrava sobre la Gran Vía y en el lateral de ésta el silencio es abrumador, no hay público, no hay animación.
El bulevar de Rambla Prim ligeramente en bajada y con sombra permite refrescar un poco la mente. Acabo de ver a un corredor siendo atendido por los servicios médicos, tiene una herida en el pómulo y otra en la frente y está sangrando. Me resulta extraño pensar que puede haberle sucedido.
Enfilo Diagonal Mar hacia Glóries. Duro, es una amplia avenida y la mezcla de sonidos es confusa. Nuevo cruce con quienes me preceden con el Bulevar de Diagonal entre nosotros. Pasa el tranvía, un grupo de animación está haciendo spinning. Se ven ya rostros de sufrimiento más definidos, corredores parados estirando en las aceras, algún grito de ánimo entre corredores de ambos lados. Este tramo se me está haciendo difícil. No tengo sed, no tengo hambre, respiro rítmicamente y sin sensación de ahogo, mis pulsaciones no están muy altas pero no puedo dejar de sentir una extraña sensación en mi estómago. No es especialmente desagradable pero está ahí. Intento seguir el ritmo de alguien a mi alrededor que se asemeje al mío, pero por alguna extraña razón parece que cada uno lleva el suyo propio y ninguno me parece cómodo para mí. En el giro para retomar el camino hacia Diagonal Mar la gente a ambos lados estrecha el paso. Por primera vez oigo gritar mi nombre y parece que me resulta menos difícil. Sonrío al aire tras oír de nuevo a alguien nombrarme.
El cartel amarillo del kilómetro 30 ya está a la vista. “ solo 10 más, solo 10 más venga que ya ha pasado lo peor…ahora ya está…” Alguna persona está siendo atendida en el puesto de asistencia médica.
¿Es esto una broma? “ Carros de Fuego “ sonando a través de los altavoces en la calle que me lleva al que será el tramo más duro de la carrera.
3:30 es ya un tiempo imposible , 3:45 quizás sea demasiado arriesgado intentarlo. Me acuerdo de las semanas parado por mis dolores del sóleo. No es imposible acabar.
En ronda Litoral siento que corro descalzo. Miro en un par de ocasiones mis pies para comprobar que aún llevo las zapatillas puestas. Cada paso sobre el asfalto quema la planta de mi pies. Aún así tengo la sensación de que mi ritmo es bueno, nadie me adelanta y percibo tras de mí a un corredor que sigue mi paso. Me animo a no dejar esa cadencia que nos lleva a ascender a buen ritmo por la calle Marina.
Rodeando el parque de la Ciudadella el número de corredores que camina, que se para, va en aumento. Yo quiero seguir corriendo , me siento con fuerzas aunque las piernas me empiezan a doler y las siento duras como piedras. Tengo la sensación de atravesar una especie de campo de batalla. El ascenso al Arco del Triunfo es ligero, tengo la sensación de ir rápido. He ido aprovechando cada avituallamiento para beber durante los dos kilómetros que le siguen en pequeños sorbos. En el kilómetro anterior a cada uno de ellos comienzo a comer uno de mis dulces suplementos de fruta. Mi respiración es rítmica, no tengo sensación de ahogo y mis pulsaciones siguen en su sitio. Como ha sucedido en las últimas semanas de entrenamiento mi sensor de velocidad y ritmo ha decidido dejar de funcionar. Bien, lo entiendo, a mi también me gustaría parar de funcionar chico¡¡¡
A mis lados el camino se estrecha por el público que grita. Esta siendo el momento más confuso. Muchos corredores caminan, otros se sientan a los lados . Por un momento quiero parar, pensar y luego ya veré. Tengo ganas de llegar a plaza Cataluña y bajar por el Portal del Ángel, estoy seguro que al pasar ante la Catedral tendré un extra de ánimos. Los voluntarios en este punto se desviven por animar, repiten mi nombre varias veces, siento alguna palmada en la espalda la bajada desde Ronda San Pere hasta este punto ha sido como un suspiro.
Vía Laietana me empuja hacia la Plaza de Sant Jaume. Qué bonito. En este momento vuelvo a sentirme fuerte y me veo sonriendo a la gente , el pavimento de piedra parece que me alivia los pasos . Sigo bebiendo. Otra gominola. En las Ramblas y Colón el cuerpo me vuelve a pesar y el ascenso por Paralelo se me hace interminable. Casi no hay gente y el tráfico de coches a la izquierda de la calzada no acompaña al esfuerzo. No conseguiré deshacerme de esa sensación de lentitud hasta la calle Sepúlveda. Antes de ver al final los edificios de la Fira el ascenso por la ronda de Sant Pau se convierte de nuevo en una mezcla de sensaciones contradictorias. La falacia de pensar que tras el 30 solo quedan 10 se hace verdad aquí. En realidad quedan dos más, y casi doscientos metros de regalo. La piernas piden explicaciones. Pero ahora ya está, plantéatelo como un enfriamiento si el cuerpo no tira.
Vuelvo a estar rodeado de un montón de corredores. Sigo adelantando a muchos de ellos pero me da la sensación de que no avanzo. En el último avituallamiento creo que he bebido demasiado porque el estómago está revuelto. El griterío vuelve a hacerse intenso al girar hacia la Fira, los niños ofrecen sus manos para chocar las de los corredores.
Debe de quedar menos de un kilómetro. Un giro a la derecha y plaza de España. Un giro a la izquierda y los arcos de meta. No estoy seguro de querer acabar. Extiendo mis brazos unos metros antes de la línea final y al atravesarla vuelvo a hacerlo. Creo que estoy sonriendo.
BCNnovat- Invitado
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