Alimentacion y complementos
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IKER
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Alimentacion y complementos
Gustariame que los foreros falarais un poquinin del tipu de alimentacion que llevais,que vos gusta xintar,si vos privais daque y si tomais dalgun complemento ya cual.Paezme que ye un tema perimportante aunque nun seamos profesionales ya metamos un entrecot ya dos cacharros alguna vegada.Yo la verda nun llevo una dieta expecifica,procuro xintar frutes,verdures ya pescau peru cain tamien Hamburgueses,pizzas... De complementos namas tomo unes pastilles de vitamines del Lidl(tengo menos presupuestu quel sporting!)Pues eso conta-y los vuestros secretos! Salú
COMIDAS FUERA DE CASA .
Has tocado un tema muy importante para mí .
Por mi trabajo como todos los días fuera , además me gusta mucho comer y como aquí en Asturias se come muy mal , je , je ... pues vamos que tengo todas las papeletas para no poder llevar una línea adecuada .
Por eso me gusta este tema que has sacado , a ver si alguien nos puede decir tambien que tipo de dieta se puede hacer con comidas fuera de casa , que es lo que hacen cuando se han pegado una " fartura " , etc .
En cuanto a lo de las vitaminas o suplementos como dices yo eso no estoy muy a favor . Me parece que lo mejor es lo natural . No creo que al cuerpo tengamos que darle algo suplementario . Si necesita algo el cuerpo que mejor que unas fabes o un pote . Eso es lo más natural , je , je .
Un saludo .
Por mi trabajo como todos los días fuera , además me gusta mucho comer y como aquí en Asturias se come muy mal , je , je ... pues vamos que tengo todas las papeletas para no poder llevar una línea adecuada .
Por eso me gusta este tema que has sacado , a ver si alguien nos puede decir tambien que tipo de dieta se puede hacer con comidas fuera de casa , que es lo que hacen cuando se han pegado una " fartura " , etc .
En cuanto a lo de las vitaminas o suplementos como dices yo eso no estoy muy a favor . Me parece que lo mejor es lo natural . No creo que al cuerpo tengamos que darle algo suplementario . Si necesita algo el cuerpo que mejor que unas fabes o un pote . Eso es lo más natural , je , je .
Un saludo .
IKER- Cantidad de envíos : 222
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Localización : OVIEDO
Fecha de inscripción : 30/05/2008
Re: Alimentacion y complementos
Yo en mi caso nun llevo una dieta demasiao específica, aunque namás en parte. Uno de los motivos o escuses pa meteme en esto de correr fue mi adición al colesterol altu. Eso conlleva tanto facer exerciciu aeróbicu como determinaes medíes respeutu a la dieta. Tampoco voi engañavos, nun soi muy escrupulosu respeutu a la dieta. Pero sí procuro evitar hamburgueses, fritos, precocinaos, y trato de incluyir más na dieta ensalaes, productos a la plancha, y cargar más la dieta nes verdures, pescau, pasta y pollo, pavo o similar, y menos en carnes como ternera o embutíos nescesu. Y beber en xeneral poques bebíes azucaraes, y más té frío y alcoholes de fermentación con baxu conteníu en alcohol (traduciendo: cerveza).
Evidentemente, como esto del correr ye ante too una afición, y non un sacrificio, eso nun quier decir que nun caigan fabaes y similares. Pero lo importante pa mí ye mantener más o menos una tendencia.
Lo de comer fuera ye un problemón, porque en casi tolos sitios carguen muncho les comíes en sal y grases, más de lo que ún suel comer en casa. Se come más cantidá y casi nada de fruta. Comiendo fuera supongo que la solución ye pedir mayoritariamente platos de verdura y pescáu, y facer el sacrificiu de renunciar al postre dulce, y pidir fruta de temporada.
Yo de vitamines na de ná. Ye más importante pa mi mantener la tendencia na allimentación, y prefiero facer tiraes llargues d'exerciciu a baxa intensidá, que entrenamientos intensos y curtios. Polo del exerciciu aerobicu y anaeróbicu.
Nun sé vos pue servir a vosotros. O lo vuestro a mí.
Me paez un tema bastante interesante.
Evidentemente, como esto del correr ye ante too una afición, y non un sacrificio, eso nun quier decir que nun caigan fabaes y similares. Pero lo importante pa mí ye mantener más o menos una tendencia.
Lo de comer fuera ye un problemón, porque en casi tolos sitios carguen muncho les comíes en sal y grases, más de lo que ún suel comer en casa. Se come más cantidá y casi nada de fruta. Comiendo fuera supongo que la solución ye pedir mayoritariamente platos de verdura y pescáu, y facer el sacrificiu de renunciar al postre dulce, y pidir fruta de temporada.
Yo de vitamines na de ná. Ye más importante pa mi mantener la tendencia na allimentación, y prefiero facer tiraes llargues d'exerciciu a baxa intensidá, que entrenamientos intensos y curtios. Polo del exerciciu aerobicu y anaeróbicu.
Nun sé vos pue servir a vosotros. O lo vuestro a mí.
Me paez un tema bastante interesante.
Re: Alimentacion y complementos
Os voy a reproducir un pequeño reportaje de El Pais de febrero del 2008 sobre la alimentación. Lo guardo pq la conclusión que se saca de él es que lo más importante son los hábitos. No vale de nada cuidarse un mes o dos o tres. Es una cuestión de educación y de costumbres. Aquí os lo "coloco". merece la pena leerlo con calma.
El secreto de vivir más de 100 años
GLORIA TORRIJOS 10/02/2008
Viajamos al pueblo de Ogimi, en el archipiélago japonés de Okinawa, que registra la mayor concentración del
mundo de ancianos con más de 100 años. Una sabia mezcla de vida activa y comida sana.
Shangri-La, cuyos habitantes tienen cientos de años, es una invención del escritor británico James Milton
(1900-1954) en su novela de 1933 Horizontes perdidos. Pero el pueblo japonés de Ogimi es quizá el lugar real
que más se parece a ese paraíso, con la mayor concentración de centenarios del mundo, que gozan de buena
salud y viven en un clima subtropical de vegetación exuberante frente a las aguas que adquieren tonos
turquesas en esa zona del océano Pacífico que baña sus playas.
Matsu Taira se despierta cada mañana a las seis, se asea, desayuna, arregla la casa y hasta el mediodía trabaja
en su huerto, de donde obtiene la mayoría de los ingredientes con que prepara diariamente su comida,
realizada casi exclusivamente con vegetales, a los que añade cada cierto tiempo algo de cerdo cocido. Tras la
comida se reúne con alguno de sus vecinos, y por la noche prepara su cena, ve la televisión o escucha la radio y
se acuesta temprano.
Nada de esto sería llamativo si no fuera porque Matsu tiene 99 años y goza de una salud envidiable que le
permite vivir sola, como el 80% de los ancianos del archipiélago de coral de Okinawa.
Taira, viuda y madre de tres hijos, uno de ellos fallecido durante la II Guerra Mundial, acude a la entrevista un
poco antes que su amiga y vecina Setsuko Taida. Ambas, que llegan ayudándose de sendos andadores, se ríen
abiertamente cuando ven las fotos de este reportaje: "No estamos guapas. Se nos ve muy mayores". Setsuko se
queja de las manchas oscuras en el rostro que no pueden ocultar las fotografías, y Mat¬¬su, también coqueta,
lamenta que recientemente le ha salido un bulto grande y redondo en su párpado derecho que el médico ha
recomendado no tocar.
Es evidente la complicidad entre las dos, pero su actitud ante la vejez es diferente. Matsu destaca que el
próximo 3 de abril alcanzará los 100 años, y aunque está contenta, comenta que no sabe si quiere cumplir ya
más. Por el contrario, Setsuko, que llegará a los 92 este 20 de febrero, asegura: "No me importaría alcanzar los
120. Adoro que mis nietos me llamen abuela, abuela. Es una palabra maravillosa, que no me canso de oír.
Disfruto jugando con ellos".
Setsuko reconoce que alguna vez ha probado la comida norteamericana -"me gustó mucho"-, pero no se ha
decidido a incluirla en su dieta; sin embargo, Matsu afirma tajante: "Las patatas fritas y las hamburguesas no
son para mí".
Cerca de ellas vive Teru Kinjo, de 86 años y madre de cinco hijos. Ella confía en llegar a los 105, "la edad que
ha cumplido ya mi suegra, aunque en un hospital".
Teru se levanta cada día a las cinco y, después del desayuno, pasea por el vecindario para visitar a sus amigas,
cuida su huerto y hace bashofu, un tejido típico de Okinawa, el más antiguo de la isla, que se cree que tiene su
origen en el siglo XIII. Al mediodía, cocina y come, para luego echarse una siesta "de dos o tres horas"; por la
tarde vuelve a trabajar en el huerto y en el telar; cena y se acuesta pronto, "a las nueve". "Estoy bien. Muy sana porque soy libre. Nada limita mi pensamiento ni mi libertad, hago lo que quiero cuando quiero", asevera
serena y sonriente desde el suelo, donde recibe a las periodistas sentada tejiendo en su taller de madera,
colindante con su casa.
En la zona, Hatsue Yoshimana, de 85 años y madre de tres hijos, es conocida por sus habilidades culinarias,
que le han llevado a crear un delicioso mochi, un pastelito japonés de arroz. La mermelada de flores es otra de
las especialidades de esta mujer, que se felicita de "no necesitar comprar casi nada, pues la mayoría de mis
alimentos los cultivo en mi huerto". Explica que no coge ni un resfriado y que visita al médico "sólo una vez al
año" y únicamente para que le controle una incipiente osteoporosis, que no le impide ir a todas partes en
bicicleta o andando.
Las estadísticas no dejan lugar a dudas. Ogimi, de 3.500 habitantes, de los cuales unos noventa cuentan 100 o
más años, registra la mayor concentración de centenarios del mundo, según datos de 2006 del Ministerio de
Salud, Trabajo y Bienestar de Japón. Las mujeres viven aquí un promedio de 86 años; los hombres, 79. Los
problemas cardiovasculares son escasos, y el índice de infartos, cáncer de mama y de próstata se sitúa muy
por debajo de la media nacional. El informe se basa en datos fiables, ya que en cada ciudad, pueblo y aldea de
Japón se inscriben los nacimientos, bodas y fallecimientos en un koseki, o registro familiar, desde finales del
siglo XIX, que se completa con un censo regular que se efectúa cada cinco años.
Ogimi se encuentra al norte de Okinawa, la prefectura más austral de Japón, integrada por 160 islas de las que
44 están habitadas por 1,3 millones de personas. La zona da a las aguas del Pacífico, que en esa parte recibe el
nombre de mar de China Oriental; la selva subtropical cubre tres cuartas partes del pueblo, por el que corren
ríos y arroyos, origen de un medio ambiente rico en biodiversidad. A los pies de esas frondosas colinas se
extienden los numerosos huertos que cuidan sus venerables propietarios.
La receta para la longevidad de los habitantes de Okinawa parece sustentarse en la conjunción de ciertos
genes y en varios elementos clave que conectan mente, cuerpo y espíritu: alimentación adecuada, práctica
habitual de ejercicio y una vida tranquila y con sentido espiritual, según señalan los autores del informe El
estilo de Okinawa. Cómo la gente más longeva del mundo logra una salud duradera.
La obra sobre los centenarios de la isla es el resultado de las investigaciones que comenzaron en 1976 el
geriatra y cardiólogo japonés Makoto Suzuki y los hermanos gemelos estadounidenses Bradley y Craig
Willcox, internista y antropólogo, respectivamente. Los tres expertos desentrañan los factores determinantes
de la larga vida y afirman que la genética no es determinante, aunque influye en un 30%.
En la comida, estos ancianos evitan casi totalmente los productos animales y dan preferencia a frutas como la
papaya y a hortalizas como zanahorias, repollo, cebollas, pimientos verdes y lechuga, más una mezcla de algas
y de hierbas como la albahaca. Su alimentación incluye, asimismo, pasta, arroz, maíz y pescado (salmón y
atún, ricos en ácidos grasos omega 3, son los favoritos; los suelen comer hasta tres veces al día), mientras que
de carne roja y huevos sólo toman unas pocas porciones a la semana.
Todo ello lo acompañan con té verde o negro (ricos en antioxidantes), y evitan la leche y el azúcar; además
toman mucha agua (de 8 a 12 vasos diarios) y cúrcuma, una de sus especias favoritas para aderezar las
comidas o para beber, a la que se atribuye un sinnúmero de beneficios para la salud.
Es lo que en algunos restaurantes de Okinawa se anuncia en inglés como Okinawan food, slow food, sin
apenas grasa ni calorías y, a cambio, muchos vegetales. Ese lema no sólo se refiere a que esta gastronomía
tiene su base en la frugalidad, sino también en degustar despacio para que cuando el cerebro reciba la señal de
saturación del estómago, habitualmente a los 20 minutos de haber comenzado a comer, no se haya ingerido
demasiada cantidad de alimentos.
La moderación, una de las claves de la longevidad de estos ancianos de Okinawa, se conoce con el aforismo
inspirado en el confucianismo hara hachi bu, que viene a decir: come hasta que estés lleno al 80%, una
garantía para llegar a una edad avanzada con buena salud.
Está claro que no hay una poción mágica. Investigaciones en el Instituto Nacional de Gerontología
estadounidense han confirmado que limitar la ingesta de calorías supone un aumento de la esperanza de vida
en todas las especies estudiadas, desde la mosca de la fruta hasta los primates. Los habitantes de Okinawa
son, probablemente, el mejor ejemplo de población humana que ha aprendido de esa regla.
Además, los vecinos de Ogimi usan, mientras pueden, la bicicleta para trasladarse; un medio de transporte
muy extendido en Asia y que en Okinawa resulta muy útil porque es la mejor manera de circular entre los
estrechos caminos que separan sus casitas. El ejercicio físico en estas islas es un medio de vida en el que se
incluyen los bailes tradicionales, mucha jardinería, pescar, andar y las artes marciales; de hecho, el kárate
moderno fue inventado por uno de sus habitantes, Funakoshi Gichin, en la primera mitad del siglo XX, a
partir de las artes marciales de Okinawa.
En Ogimi desempeña un papel central el telar de Kijoka, a tres kilómetros. A él acuden regularmente las
ancianas, incluidas las centenarias, a mostrar a escolares y a turistas cómo tejer bashofu. Es una de las señales
de que los habitantes mayores de estas islas llevan una vida muy relajada. Más claves: meditan habitualmente,
lo que les ayuda a relajarse; cultivan el optimismo y el sentido del humor, y mantienen una red tupida de lazos
con sus familiares y la comunidad, donde se cuidan unos a otros tanto en el aspecto emocional como en el
financiero y social, y en cuyas actividades participan. Subraya el estudio de Suzuki y los hermanos Willcox:
"Hay un elemento cultural, y es que la gente de Okinawa forma una comunidad muy unida en la que es
importante el yuimaru, que en Japonés significa el círculo de relaciones".
Frente a otras sociedades, los ancianos japoneses afrontan la vejez con la complacencia y el disfrute que el
confucianismo y el budismo que impregna sus vidas confiere a los más mayores. Al contrario de lo que sucede
en Occidente, en Okinawa los ancianos disfrutan de gran respeto social. Muestra de ello es que, cuando se
llega a los 60 años, se celebra el kanreki, o comienzo de la edad mayor feliz; el toukachi, a los 88, y el
kajimaya, la mayor fiesta de todas, al alcanzar los 97; en ella los ancianos visten de rojo, como símbolo de
regreso a la juventud, y portan un molinete de papel o kajimayaa en un desfile a través del pueblo en el que la
gente se les acerca para tocarles o estrechar sus manos, pues piensan que de esa manera compartirán salud y
longevidad.
La espiritualidad de los mayores de Okinawa está presente en el aforismo confuciano de evitar comer hasta
saciarse, en la meditación y en la relación que guardan con la naturaleza, que les viene de los principios de la
filosofía sintoísta. En Japón conviven en plena armonía el sintoísmo, bajo cuyos rituales se suele celebrar el
nacimiento y el matrimonio; el budismo, que llegó desde China en el siglo VI, destinado, por lo general, para
actos funerarios, y el confucianismo, que considera realizada a la persona en tanto que ser social que ocupa un
puesto y desempeña una función en una comunidad.
El confucianismo da gran importancia a los ritos como forma de conservar el pasado mítico legado, como
símbolo de jerarquía y poder, como método de autodisciplina y dominio de uno mismo y como garantía de que
la sociedad y el Estado funcionan correctamente.
El estudio de los centenarios de Okinawa demuestra que la longevidad es una cuestión más de costumbres que
de genes, dado que los propios habitantes de Okinawa han visto reducida dramáticamente su esperanza de
vida cuando se han trasladado a vivir al extranjero, como ocurrió con los que fueron reclutados en 1930 para
trabajar en las plantaciones de caucho en Brasil, donde consumieron en abundancia carne de vacuno por ser
barata, lo que derivó en una expectativa de vida 17 años menor que la de sus vecinos en la isla.
Pese a la gran influencia estadounidense -en Okinawa está desplegada la mayor cifra de fuerzas militares de
Estados Unidos en el país asiático, 18.000 efectivos repartidos en nueve bases-, la gente mayor no ha
cambiado apenas o nada sus gustos alimenticios; pero no se puede decir lo mismo del resto, que padece,
además de exceso de peso, diabetes, tensión alta y tabaquismo. En 2005, la publicación de un censo
conmocionó a Okinawa al revelar que la esperanza de vida de los hombres de la isla cayó hasta el puesto 26 de
la clasificación mundial y hasta el último de Japón por el aumento de la tasa de suicidios, que llegó ese año a
27,5 por cada 100.000 habitantes.
Las cosas están cambiando. El índice de suicidios se incrementa en Okinawa mientras disminuye en el resto
de Japón, y afecta especialmente a la generación de los nacidos entre 1946 y 1949 por encontrarse en el
momento crítico en sus vidas, en que hacen frente a su próxima jubilación y en que son más susceptibles a
desarrollar depresión por la edad, aseveran responsables del Centro de Bienestar Psiquiátrico de Okinawa.
Suzuki ha subrayado "la paradoja de Okinawa", es decir, la curiosa convivencia de los jóvenes fumadores y
obesos por adoptar la forma de vida estadounidense de desplazarse siempre en automóvil, pasar el tiempo
libre en centros comerciales e ingerir comida basura, y las personas más longevas del mundo que llegan a esas
edades en excelente estado físico y mental.
El experto establece una relación directa causa-efecto entre la instalación de las bases estadounidenses en
Okinawa y la pérdida de las saludables costumbres. El primer McDonald's de Japón no se abrió en Tokio, sino
en esa isla en 1976, que hoy cuenta con el mayor porcentaje de hamburgueserías de todo el país (8,19 por
100.000 habitantes). Concluye Suzuki: "Los mayores están viviendo más tiempo, pero los jóvenes están
muriendo cada vez más jóvenes".
© Diario EL PAÍS S.L.
El secreto de vivir más de 100 años http://www.elpais.com/articulo/portada/secreto/vivir/anos/elpepusocep...
2 de 3 29/02/2008 11:38
Además aquí tenéis más información de alimentación:
www.aagm.com.ar/espaniol/archivos_doc/alimentacion.doc
El secreto de vivir más de 100 años
GLORIA TORRIJOS 10/02/2008
Viajamos al pueblo de Ogimi, en el archipiélago japonés de Okinawa, que registra la mayor concentración del
mundo de ancianos con más de 100 años. Una sabia mezcla de vida activa y comida sana.
Shangri-La, cuyos habitantes tienen cientos de años, es una invención del escritor británico James Milton
(1900-1954) en su novela de 1933 Horizontes perdidos. Pero el pueblo japonés de Ogimi es quizá el lugar real
que más se parece a ese paraíso, con la mayor concentración de centenarios del mundo, que gozan de buena
salud y viven en un clima subtropical de vegetación exuberante frente a las aguas que adquieren tonos
turquesas en esa zona del océano Pacífico que baña sus playas.
Matsu Taira se despierta cada mañana a las seis, se asea, desayuna, arregla la casa y hasta el mediodía trabaja
en su huerto, de donde obtiene la mayoría de los ingredientes con que prepara diariamente su comida,
realizada casi exclusivamente con vegetales, a los que añade cada cierto tiempo algo de cerdo cocido. Tras la
comida se reúne con alguno de sus vecinos, y por la noche prepara su cena, ve la televisión o escucha la radio y
se acuesta temprano.
Nada de esto sería llamativo si no fuera porque Matsu tiene 99 años y goza de una salud envidiable que le
permite vivir sola, como el 80% de los ancianos del archipiélago de coral de Okinawa.
Taira, viuda y madre de tres hijos, uno de ellos fallecido durante la II Guerra Mundial, acude a la entrevista un
poco antes que su amiga y vecina Setsuko Taida. Ambas, que llegan ayudándose de sendos andadores, se ríen
abiertamente cuando ven las fotos de este reportaje: "No estamos guapas. Se nos ve muy mayores". Setsuko se
queja de las manchas oscuras en el rostro que no pueden ocultar las fotografías, y Mat¬¬su, también coqueta,
lamenta que recientemente le ha salido un bulto grande y redondo en su párpado derecho que el médico ha
recomendado no tocar.
Es evidente la complicidad entre las dos, pero su actitud ante la vejez es diferente. Matsu destaca que el
próximo 3 de abril alcanzará los 100 años, y aunque está contenta, comenta que no sabe si quiere cumplir ya
más. Por el contrario, Setsuko, que llegará a los 92 este 20 de febrero, asegura: "No me importaría alcanzar los
120. Adoro que mis nietos me llamen abuela, abuela. Es una palabra maravillosa, que no me canso de oír.
Disfruto jugando con ellos".
Setsuko reconoce que alguna vez ha probado la comida norteamericana -"me gustó mucho"-, pero no se ha
decidido a incluirla en su dieta; sin embargo, Matsu afirma tajante: "Las patatas fritas y las hamburguesas no
son para mí".
Cerca de ellas vive Teru Kinjo, de 86 años y madre de cinco hijos. Ella confía en llegar a los 105, "la edad que
ha cumplido ya mi suegra, aunque en un hospital".
Teru se levanta cada día a las cinco y, después del desayuno, pasea por el vecindario para visitar a sus amigas,
cuida su huerto y hace bashofu, un tejido típico de Okinawa, el más antiguo de la isla, que se cree que tiene su
origen en el siglo XIII. Al mediodía, cocina y come, para luego echarse una siesta "de dos o tres horas"; por la
tarde vuelve a trabajar en el huerto y en el telar; cena y se acuesta pronto, "a las nueve". "Estoy bien. Muy sana porque soy libre. Nada limita mi pensamiento ni mi libertad, hago lo que quiero cuando quiero", asevera
serena y sonriente desde el suelo, donde recibe a las periodistas sentada tejiendo en su taller de madera,
colindante con su casa.
En la zona, Hatsue Yoshimana, de 85 años y madre de tres hijos, es conocida por sus habilidades culinarias,
que le han llevado a crear un delicioso mochi, un pastelito japonés de arroz. La mermelada de flores es otra de
las especialidades de esta mujer, que se felicita de "no necesitar comprar casi nada, pues la mayoría de mis
alimentos los cultivo en mi huerto". Explica que no coge ni un resfriado y que visita al médico "sólo una vez al
año" y únicamente para que le controle una incipiente osteoporosis, que no le impide ir a todas partes en
bicicleta o andando.
Las estadísticas no dejan lugar a dudas. Ogimi, de 3.500 habitantes, de los cuales unos noventa cuentan 100 o
más años, registra la mayor concentración de centenarios del mundo, según datos de 2006 del Ministerio de
Salud, Trabajo y Bienestar de Japón. Las mujeres viven aquí un promedio de 86 años; los hombres, 79. Los
problemas cardiovasculares son escasos, y el índice de infartos, cáncer de mama y de próstata se sitúa muy
por debajo de la media nacional. El informe se basa en datos fiables, ya que en cada ciudad, pueblo y aldea de
Japón se inscriben los nacimientos, bodas y fallecimientos en un koseki, o registro familiar, desde finales del
siglo XIX, que se completa con un censo regular que se efectúa cada cinco años.
Ogimi se encuentra al norte de Okinawa, la prefectura más austral de Japón, integrada por 160 islas de las que
44 están habitadas por 1,3 millones de personas. La zona da a las aguas del Pacífico, que en esa parte recibe el
nombre de mar de China Oriental; la selva subtropical cubre tres cuartas partes del pueblo, por el que corren
ríos y arroyos, origen de un medio ambiente rico en biodiversidad. A los pies de esas frondosas colinas se
extienden los numerosos huertos que cuidan sus venerables propietarios.
La receta para la longevidad de los habitantes de Okinawa parece sustentarse en la conjunción de ciertos
genes y en varios elementos clave que conectan mente, cuerpo y espíritu: alimentación adecuada, práctica
habitual de ejercicio y una vida tranquila y con sentido espiritual, según señalan los autores del informe El
estilo de Okinawa. Cómo la gente más longeva del mundo logra una salud duradera.
La obra sobre los centenarios de la isla es el resultado de las investigaciones que comenzaron en 1976 el
geriatra y cardiólogo japonés Makoto Suzuki y los hermanos gemelos estadounidenses Bradley y Craig
Willcox, internista y antropólogo, respectivamente. Los tres expertos desentrañan los factores determinantes
de la larga vida y afirman que la genética no es determinante, aunque influye en un 30%.
En la comida, estos ancianos evitan casi totalmente los productos animales y dan preferencia a frutas como la
papaya y a hortalizas como zanahorias, repollo, cebollas, pimientos verdes y lechuga, más una mezcla de algas
y de hierbas como la albahaca. Su alimentación incluye, asimismo, pasta, arroz, maíz y pescado (salmón y
atún, ricos en ácidos grasos omega 3, son los favoritos; los suelen comer hasta tres veces al día), mientras que
de carne roja y huevos sólo toman unas pocas porciones a la semana.
Todo ello lo acompañan con té verde o negro (ricos en antioxidantes), y evitan la leche y el azúcar; además
toman mucha agua (de 8 a 12 vasos diarios) y cúrcuma, una de sus especias favoritas para aderezar las
comidas o para beber, a la que se atribuye un sinnúmero de beneficios para la salud.
Es lo que en algunos restaurantes de Okinawa se anuncia en inglés como Okinawan food, slow food, sin
apenas grasa ni calorías y, a cambio, muchos vegetales. Ese lema no sólo se refiere a que esta gastronomía
tiene su base en la frugalidad, sino también en degustar despacio para que cuando el cerebro reciba la señal de
saturación del estómago, habitualmente a los 20 minutos de haber comenzado a comer, no se haya ingerido
demasiada cantidad de alimentos.
La moderación, una de las claves de la longevidad de estos ancianos de Okinawa, se conoce con el aforismo
inspirado en el confucianismo hara hachi bu, que viene a decir: come hasta que estés lleno al 80%, una
garantía para llegar a una edad avanzada con buena salud.
Está claro que no hay una poción mágica. Investigaciones en el Instituto Nacional de Gerontología
estadounidense han confirmado que limitar la ingesta de calorías supone un aumento de la esperanza de vida
en todas las especies estudiadas, desde la mosca de la fruta hasta los primates. Los habitantes de Okinawa
son, probablemente, el mejor ejemplo de población humana que ha aprendido de esa regla.
Además, los vecinos de Ogimi usan, mientras pueden, la bicicleta para trasladarse; un medio de transporte
muy extendido en Asia y que en Okinawa resulta muy útil porque es la mejor manera de circular entre los
estrechos caminos que separan sus casitas. El ejercicio físico en estas islas es un medio de vida en el que se
incluyen los bailes tradicionales, mucha jardinería, pescar, andar y las artes marciales; de hecho, el kárate
moderno fue inventado por uno de sus habitantes, Funakoshi Gichin, en la primera mitad del siglo XX, a
partir de las artes marciales de Okinawa.
En Ogimi desempeña un papel central el telar de Kijoka, a tres kilómetros. A él acuden regularmente las
ancianas, incluidas las centenarias, a mostrar a escolares y a turistas cómo tejer bashofu. Es una de las señales
de que los habitantes mayores de estas islas llevan una vida muy relajada. Más claves: meditan habitualmente,
lo que les ayuda a relajarse; cultivan el optimismo y el sentido del humor, y mantienen una red tupida de lazos
con sus familiares y la comunidad, donde se cuidan unos a otros tanto en el aspecto emocional como en el
financiero y social, y en cuyas actividades participan. Subraya el estudio de Suzuki y los hermanos Willcox:
"Hay un elemento cultural, y es que la gente de Okinawa forma una comunidad muy unida en la que es
importante el yuimaru, que en Japonés significa el círculo de relaciones".
Frente a otras sociedades, los ancianos japoneses afrontan la vejez con la complacencia y el disfrute que el
confucianismo y el budismo que impregna sus vidas confiere a los más mayores. Al contrario de lo que sucede
en Occidente, en Okinawa los ancianos disfrutan de gran respeto social. Muestra de ello es que, cuando se
llega a los 60 años, se celebra el kanreki, o comienzo de la edad mayor feliz; el toukachi, a los 88, y el
kajimaya, la mayor fiesta de todas, al alcanzar los 97; en ella los ancianos visten de rojo, como símbolo de
regreso a la juventud, y portan un molinete de papel o kajimayaa en un desfile a través del pueblo en el que la
gente se les acerca para tocarles o estrechar sus manos, pues piensan que de esa manera compartirán salud y
longevidad.
La espiritualidad de los mayores de Okinawa está presente en el aforismo confuciano de evitar comer hasta
saciarse, en la meditación y en la relación que guardan con la naturaleza, que les viene de los principios de la
filosofía sintoísta. En Japón conviven en plena armonía el sintoísmo, bajo cuyos rituales se suele celebrar el
nacimiento y el matrimonio; el budismo, que llegó desde China en el siglo VI, destinado, por lo general, para
actos funerarios, y el confucianismo, que considera realizada a la persona en tanto que ser social que ocupa un
puesto y desempeña una función en una comunidad.
El confucianismo da gran importancia a los ritos como forma de conservar el pasado mítico legado, como
símbolo de jerarquía y poder, como método de autodisciplina y dominio de uno mismo y como garantía de que
la sociedad y el Estado funcionan correctamente.
El estudio de los centenarios de Okinawa demuestra que la longevidad es una cuestión más de costumbres que
de genes, dado que los propios habitantes de Okinawa han visto reducida dramáticamente su esperanza de
vida cuando se han trasladado a vivir al extranjero, como ocurrió con los que fueron reclutados en 1930 para
trabajar en las plantaciones de caucho en Brasil, donde consumieron en abundancia carne de vacuno por ser
barata, lo que derivó en una expectativa de vida 17 años menor que la de sus vecinos en la isla.
Pese a la gran influencia estadounidense -en Okinawa está desplegada la mayor cifra de fuerzas militares de
Estados Unidos en el país asiático, 18.000 efectivos repartidos en nueve bases-, la gente mayor no ha
cambiado apenas o nada sus gustos alimenticios; pero no se puede decir lo mismo del resto, que padece,
además de exceso de peso, diabetes, tensión alta y tabaquismo. En 2005, la publicación de un censo
conmocionó a Okinawa al revelar que la esperanza de vida de los hombres de la isla cayó hasta el puesto 26 de
la clasificación mundial y hasta el último de Japón por el aumento de la tasa de suicidios, que llegó ese año a
27,5 por cada 100.000 habitantes.
Las cosas están cambiando. El índice de suicidios se incrementa en Okinawa mientras disminuye en el resto
de Japón, y afecta especialmente a la generación de los nacidos entre 1946 y 1949 por encontrarse en el
momento crítico en sus vidas, en que hacen frente a su próxima jubilación y en que son más susceptibles a
desarrollar depresión por la edad, aseveran responsables del Centro de Bienestar Psiquiátrico de Okinawa.
Suzuki ha subrayado "la paradoja de Okinawa", es decir, la curiosa convivencia de los jóvenes fumadores y
obesos por adoptar la forma de vida estadounidense de desplazarse siempre en automóvil, pasar el tiempo
libre en centros comerciales e ingerir comida basura, y las personas más longevas del mundo que llegan a esas
edades en excelente estado físico y mental.
El experto establece una relación directa causa-efecto entre la instalación de las bases estadounidenses en
Okinawa y la pérdida de las saludables costumbres. El primer McDonald's de Japón no se abrió en Tokio, sino
en esa isla en 1976, que hoy cuenta con el mayor porcentaje de hamburgueserías de todo el país (8,19 por
100.000 habitantes). Concluye Suzuki: "Los mayores están viviendo más tiempo, pero los jóvenes están
muriendo cada vez más jóvenes".
© Diario EL PAÍS S.L.
El secreto de vivir más de 100 años http://www.elpais.com/articulo/portada/secreto/vivir/anos/elpepusocep...
2 de 3 29/02/2008 11:38
Además aquí tenéis más información de alimentación:
www.aagm.com.ar/espaniol/archivos_doc/alimentacion.doc
Re: Alimentacion y complementos
Como bien comenta Usuhu, nun ye hacer dieta, si no tener unos habitos, mucha fruta, verdura, legumbres, pescado y carne con poca grasa a la plancha..., lo cual nun quier decir que no hay que darse un capricho de vez en cuando.
Yo en concreto el fin de semana, si salgo a comer o cenar fuera, no me ando mirando nada, como lo que m'apetez, y si cae algun cacharro que caiga.
Creo que ya lo comente, pero deciame un collaciu, que si no saliese de farra, podia mejorar mucho las marcas, y yo dixele que, me gusta mucho rebajar los tiempos, pero si pa conseguilo tengo que dejar de divertime per la nueche de vez en cuando, no me compensa, que esto ye una aficion y tengo qeu compaginalo con el resto de les coses que me presten (eso no significa pillar una cogorza dia si dia tambien).
En resumen habitos de vida y alimentacion ordenados, sanos y equilibrados, con algun exceso para relajar.
En cuanto a lo de comer fuera, si que ye un problema, de mano si comes el menu son dos platos y postre, no se vosotros, pero yo cuando como en casa como nada mas un plato. Si ademas le añades que, como diz Pelaez, suele tener mucha grasa y sal ..... Yo siempre que xinto fuera, luego en el curro, me siento hinchado y pesado, aunque como solo una ensalada y pescado, me siento fatal. Asi que lo que hago es llevarme comida de casa en un tupper, tenemos un microondas, pero si no con una ensalada, o parecido no hace falta. Claro que segun tengo yo el curro, cuando me quedo a comer ye que estoy hasta arriba de curro, y como eso y sigo del tiron. El problema ye si tienes que tirar dos horas, porque si lo haces y puedes salir antes pues vale, pero si no...
Yo en concreto el fin de semana, si salgo a comer o cenar fuera, no me ando mirando nada, como lo que m'apetez, y si cae algun cacharro que caiga.
Creo que ya lo comente, pero deciame un collaciu, que si no saliese de farra, podia mejorar mucho las marcas, y yo dixele que, me gusta mucho rebajar los tiempos, pero si pa conseguilo tengo que dejar de divertime per la nueche de vez en cuando, no me compensa, que esto ye una aficion y tengo qeu compaginalo con el resto de les coses que me presten (eso no significa pillar una cogorza dia si dia tambien).
En resumen habitos de vida y alimentacion ordenados, sanos y equilibrados, con algun exceso para relajar.
En cuanto a lo de comer fuera, si que ye un problema, de mano si comes el menu son dos platos y postre, no se vosotros, pero yo cuando como en casa como nada mas un plato. Si ademas le añades que, como diz Pelaez, suele tener mucha grasa y sal ..... Yo siempre que xinto fuera, luego en el curro, me siento hinchado y pesado, aunque como solo una ensalada y pescado, me siento fatal. Asi que lo que hago es llevarme comida de casa en un tupper, tenemos un microondas, pero si no con una ensalada, o parecido no hace falta. Claro que segun tengo yo el curro, cuando me quedo a comer ye que estoy hasta arriba de curro, y como eso y sigo del tiron. El problema ye si tienes que tirar dos horas, porque si lo haces y puedes salir antes pues vale, pero si no...
Re: Alimentacion y complementos
Yo la verdad es que la alimentación no la cuido demasiado. Yo no como pensando en correr mejor, si no que aprovecho que haciendo lo que más me gusta que es correr puedo comer de todo.
Tengo la suerte de que me gusta mucho la fruta y las ensaladas pero de igual manera igual de una sentada me bajo 3 pasteles o tarta o lo que se me ponga por delante. Como de todo y en cantidad.
Yo creo que lo que no podemos es perder la perspectiva, no nos ganamos la vida con esto. Corremos porque nos gusta, porque nos sentimos bien y porque es un modo de vida, pero lo que no se puede es hacer sacrificios en la comida, que es uno de los mayores placeres, para luego ir y bajar medio minuto en una carrera. Que más dará hacer una media por ejemplo, en 1:30, 1:31 ó 1:32...
Con esto no digo que no me guste superarme en las carreras pero desde luego si para mejorar mis marcas tengo que amargarme comiendo cosas que no me gustan pero que me dicen que van bien, prefiero pasar y seguir con mis humildes marcas...
Ahora que lo pienso, a ver si voy a ser tan paquete por no cuidar la alimentación...
Saludos¡¡¡
Tengo la suerte de que me gusta mucho la fruta y las ensaladas pero de igual manera igual de una sentada me bajo 3 pasteles o tarta o lo que se me ponga por delante. Como de todo y en cantidad.
Yo creo que lo que no podemos es perder la perspectiva, no nos ganamos la vida con esto. Corremos porque nos gusta, porque nos sentimos bien y porque es un modo de vida, pero lo que no se puede es hacer sacrificios en la comida, que es uno de los mayores placeres, para luego ir y bajar medio minuto en una carrera. Que más dará hacer una media por ejemplo, en 1:30, 1:31 ó 1:32...
Con esto no digo que no me guste superarme en las carreras pero desde luego si para mejorar mis marcas tengo que amargarme comiendo cosas que no me gustan pero que me dicen que van bien, prefiero pasar y seguir con mis humildes marcas...
Ahora que lo pienso, a ver si voy a ser tan paquete por no cuidar la alimentación...
Saludos¡¡¡
Re: Alimentacion y complementos
Un tema muy interesante. En mi caso si que intento controlar lo que como pero tampoco al milimetro. A poder ser pocas grasas y fritos, bastante pescado, verdura, pasta (mi madre esta cansada de que siempre le pida macarrones xD) y pocos dulces (mi trabajo me cuesta!).
Todo sea dicho no paso las más mínima hambre y me lo paso en grande comiendo. Todo es acostumbrar al cuerpo a ciertos hábitos.
Eso no quita para que cuando salgo de cena y/o fiesta no me prive de casi nada (exceptuando drogas, claro ). A ver si este año con tantas carreras de domingo me lio todavia menos
Todo sea dicho no paso las más mínima hambre y me lo paso en grande comiendo. Todo es acostumbrar al cuerpo a ciertos hábitos.
Eso no quita para que cuando salgo de cena y/o fiesta no me prive de casi nada (exceptuando drogas, claro ). A ver si este año con tantas carreras de domingo me lio todavia menos
Re: Alimentacion y complementos
MichiGalga escribió:Yo creo que lo que no podemos es perder la perspectiva, no nos ganamos la vida con esto. Corremos porque nos gusta, porque nos sentimos bien y porque es un modo de vida, pero lo que no se puede es hacer sacrificios en la comida, que es uno de los mayores placeres, para luego ir y bajar medio minuto en una carrera. Que más dará hacer una media por ejemplo, en 1:30, 1:31 ó 1:32...
Con esto no digo que no me guste superarme en las carreras pero desde luego si para mejorar mis marcas tengo que amargarme comiendo cosas que no me gustan pero que me dicen que van bien, prefiero pasar y seguir con mis humildes marcas...
Justo lo que yo queria decir, pero mejor expresado, aunque si tus marcas son humildes..... ya me gustaria a mi acercarme a 1:30
Re: Alimentacion y complementos
Gracies por les opiniones, agora dexovos que tengo el bocata de tocin fritu con mayonesa nel fornu...
Re: Alimentacion y complementos
Helsinki escribió:Gracies por les opiniones, agora dexovos que tengo el bocata de tocin fritu con mayonesa nel fornu...
Buffff, de esos se los zapan Gebrselasie y Bekele todos los dias
Re: Alimentacion y complementos
Yo no llevo ninguna alimentación en especial sólo cuido unas cositas básicas porqiue a mi como a casi todos gustame comer bien jajaja. Procuro vigilar el pan, chocolates, etc... Intento sobre todo evitar lo Mc Donals y sitios por el estilos ya que esa comida empacha la de Dios.
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